miércoles, 31 de diciembre de 2008

Libro póstumo de Angélica Rojas Toledo se lanzó en galpón «Víctor Jara» de Santiago


Entre años 1960 y 1980, la familia vivió en Victoria.

Angélica Rojas, cuando estudiaba en la Arcis.

VICTORIA (Por Manuel Burgos Lagos).- «Ni Promesas... Ni Juramentos» es el nombre de la obra que dejó la ex combatiente del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), Angélica Roxana Rojas Toledo, que naciera en Victoria, el 15 de marzo de 1962 y falleciera en Santiago, el 21 de septiembre de 2007, cuando estudiaba sicología en la Universidad Arcis de Santiago.

Su vida está jalonada de participación en la política, desde niña, en el Partido Comunista e ingresando más tarde, en Concepción, al FPMR, conociendo la tortura y la opresión.

La lucha de clases

En el prólogo, la autora detalla sobre su pasado victoriense: «Mi papá y mi mamá, desde los años '60, abrazaron la lucha de clase trabajadora desde el Partido Comunista, allá en Victoria, donde el frío cala los huesos y la lluvia maravillosa cae sin miramientos. De ahí, mi formación y mi conciencia social, cantábamos los himnos de la revolución española, de la revolución bolchevique, las canciones de la Unidad Popular. Yo tenía 11 años y ya estaba organizando una base de la Jota en mi curso, tenía un profesor normalista que tocaba guitarra y cantaba el "El tururururú, que la culpa la tienes tú"», rememorando que su primer acto de rebeldía, tras el golpe militar, fue no cantar el Himno Nacional por lo estrofa que le habían agregado.

Wilma y Nadia

Sus hermanas (en total fueron seis mujeres y un hombre), Wilma, desde Santiago y Nadia, acá en Victoria, desean que sus versos, que ellas recopilaron para dar forma al libro -dado a conocer recién en Santiago, en el Galpón «Víctor Jara»- sean conocidos por los habitantes de la zona, donde la combatiente, vivió su infancia.

Desearían que el texto sea también lanzado en su ciudad natal, al que podrían concurrir sus familiares, entre ellas, su hija Constanza Belén Angélica, concebida en el cautiverio; el escritor Pedro Lemebel, que prologó sus páginas... y la tarea queda por hacer, para escribir fehacientemente la historia de los pueblos y en la cual, junto a la que comparten el buen vivir y la vida grata, también debe coexistir la protagonizada por vidas como éstas, como las de Rachel Venegas, Eliseo Jara, Pedro Muñoz y otros anónimos, en cuyo «ocultamiento» tiene bastante complicidad la prensa orquestada.

A PESAR DE ELLOS: /Acumulamos navidades/ Y años nuevos./ Enfrentamos día a día/ Lo implacable del tiempo/ Y a pesar de ellos/ Seguimos viviendo/ Y los que tengamos que triunfar/ A pesar de ellos/ Triunfaremos... (Verso contenido en su libro, escrito en la Cárcel de Santo Domingo, Santiago, el 31 de diciembre de 1988).

lunes, 15 de diciembre de 2008

25 años de rebeldía











Aunque quedan pocos minutos para que se vaya el dìa de nuestro 25 Años junto a las Luchas del Pueblo, les envìo lo que quedarà como testimonio pràctico y visible, de lo realizado la noche anterior y que hasta mas allà del mediodia del 14 aùn se conservaban intactos.

Esta fue la manera de decir presentes 25 años depues de aquellos comenzaron el compromiso de reivindicar la disputa del monopolio militar en manos del poderoso enemigo.

Esta es la forma que decir al enemigo actual, que no estarà solo en el camino hacia el poder, y que muy por el contrario seremos un escollo dificil de salvar.

Esta fue la forma de decirle al Pueblo, que somos sus naturales aliados en sus luchas, porque somos y nacimos desde el Pueblo.

Esta es la forma que encontramos, de reivindicar a todos los hermanos y hermanas caidos en el largo camino de lucha contra el dictador.

Esta es la forma que encontramos de dar un impulso en lo anìmico a quienes estan o se sienten ausentes en el actual perìodo del Rodriguismo.

Compatriotas tomenlo como un regalo cargado de entusiasmo, de compromiso y de saber que con este gestos estamos representandolos a todas y todos.

Y tal como decian los papelografos y afiches en Coronel.

POR ESTOS 25 AÑOS DE HISTORIA.

POR ESTOS 25 AÑOS DE REBELDIA.

VEN Y UNETE A LOS RODRIGUISTAS!!!!


miércoles, 22 de octubre de 2008

viernes, 10 de octubre de 2008

CUBA NOS NECESITA


“No se pueden hacer grandes cosas sin grandes amigos” José Martí


CUBA NOS NECESITA




"Cuba, mi amor, te amarraron al potro, te cortaron la cara...” Neruda


BancoEstado: Cuenta de ahorro 00169715645

Antes fueron otros, esta Cuba no descansa, porque no hay tregua.

Vinieron los huracanes Gustav e Ike y despedazaron las tierras y las casas de esta Cuba socialista. Son los cultivos que también nos alimentaron, las casas de nuestros hermanos que nos refugiaron, las escuelas llenas de niños sonrientes que hacían glorioso el nombre de Allende y de Chile.


Chilenos y Cubanos estamos unidos por la historia desde la independencia, cuando estábamos escasos de azúcar, esa misma Cuba nos hizo llegar 20 mil toneladas, porque cada cubano donó una libra de su cuota. En este año más de 400 jóvenes chilenos estudian gratis en la Isla, medicina y otras carreras.


Todos sabemos que por la magnitud del desastre, aun con todo ese esfuerzo y tesón con que trabajan los cubanos por su recuperación, con esta solidaridad y valores propios de un pueblo que construye una sociedad distinta, con todo eso, las secuelas de los huracanes se hará notar por largo tiempo.


Cuba y su gente nos necesitan. Ellos NO piden ayuda. Nosotros tenemos que dársela y romper el cerco de la indiferencia de los medios de comunicación., así como exigir que se rompa el bloqueo Económico de Estados Unidos. Las organizaciones de solidaridad en Chile con Cuba, te solicitan que vayas y deposites, lo que sea, que una gota con otra gota hacen aguacero.

BancoEstado: Cuenta de ahorro 00169715645
Única cuenta del Movimiento Chileno de Solidaridad con Cuba


MOVIMIENTO CHILENO DE SOLIDARIDAD CON CUBA

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Chile: Razones de Estado

Andrés Figueroa Cornejo

1. De acuerdo a informes provenientes del Director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo, CENDA, el economista Hugo Fazio, y publicaciones económicas nacionales, los más altos resultados de utilidades por área entre enero y junio de 2008, son la minería (44,9 %); la industria de la electricidad (10,7 %); la empresa forestal (8,8 %); los bancos (7,3 %); los retails (4,2 %); y las telecomunicaciones (1,8 %).

En términos pormenorizados, el ranking es el siguiente: Minera Escondida (propiedad de la anglo-australiana BHP Billiton) con $ 2.050.138 billones de pesos en utilidades; Codelco (estatal) con $ 1.725.970 billón de pesos; Empresa Copec (Grupo Angelini) con $ 273.514 millones de pesos; Santander Chile (Santander Central Hispano) con $ 235.408 millones de pesos; Celarauco (Grupo Angelini) con $ 186.339 millones de pesos; Antar Chile (Grupo Angelini) con $ 163.186 millones de pesos; Quiñenco (Grupo Luksic) con $ 156.904 millones de pesos; Banco Santander Chile (Santander Central Hispano) con $ 156.095 millones de pesos; Enersis (Emel (Italia) - Acciona (España)) con $ 155.940 millones de pesos; Endesa (Emel (Italia) - Acciona (España)) con $ 135.261 millones de pesos; Banco de Chile (Grupo Luksic) con $ 122.083 millones de pesos; Inversiones CMPC (Grupo Matte) con $ 119.582 millones de pesos; Falabella (Grupo Solari-Del Río) con $ 110.195 millones de pesos; Empresas CMPC (Grupo Matte) con $ 110.195 millones de pesos; y SQM (Julio Ponce Lerou) con $ 100.210 millones de pesos.

Al respecto, Minera Escondida rentó sobre el patrimonio 163 % en cifras anualizadas; mientras en 2007 fue de 170,9 %.

Las utilidades del cobre se explican por la alta demanda china -que, por su gran dependencia mercantilista exportadora respecto del mercado norteamericano, de contraerse significativamente el consumo allí, podría repercutir negativamente en la compra de metal rojo chileno y, por tanto, disminuir su precio-. Las corporaciones eléctricas aumentaron su ubicación económica debido a una legislación altamente favorable, que permite una acelerada rentabilidad por las fuertes alzas tarifarias a cuenta del debilitado salario de las grandes mayorías. La industria de la celulosa, en cambió, sufrió un duro revés como efecto de los costos crecientes de producción (de hecho, aumentó sólo un 2,3 % en relación al mismo semestre del año anterior). Por otro lado, las AFP’s experimentaron una reducción de un 37 % comparativamente con el primer semestre de 2007. Las grandes empresas de comercio al detalle también disminuyeron sus utilidades; las de Falabella bajaron en un 6,1 % y las de Cencosud en 48,9 %; ello causado por la
contracción de la demanda. En el otro extremo, el Administrador Financiero del Transantiago obtuvo una tasa sobre el patrimonio de 63 %, subsidio estatal mediante.

2. Los números enunciados expresan una alta concentración de la propiedad capitalista que más renta (ley de hierro bajo los gobiernos concertacionistas); la superdependencia respecto de las desventuras de la economía mundial; el impacto manifiesto del congelamiento de los salarios (en rigor, su baja, si se desagrega la inflación que ya supera el 10 %); y el aumento del desempleo en el último mes de un 8,4 %, fenómeno que paulatinamente va constituyendo una tendencia y cuya cifra debe ser superior si se consideran los criterios del Instituto Nacional de Estadísticas para medirlo (para el INE no importa que el empleo sea ocasional, precario, sin contrato, etc.). A lo anterior, vale añadir la política proveniente del Banco Central de aumentar las tasas de interés con el fin de destruir inflación a costa de la baja masiva de la demanda.

3. Estos fenómenos, en su conjunto, explican dos aspectos centrales de la actual etapa: por un lado, el descrédito creciente y mayoritario ante el sistema político y de partidos políticos dominantes; y un clima de opinión nacional revelado por las encuestas que plantea el retorno de la regulación estatal, al punto de que el Fisco debería ocuparse más que la empresa privada de dotar de empleo al conjunto social, y controlar áreas estratégicas de la economía. De este modo, un plebliscito, por ejemplo, arrojaría sorprendentes resultados que correrían en sentido contrario al consenso político-económico convenido por el bloque en el poder (Alianza por Chile y Concertación) respecto del tipo de patrón de acumulación dominante desde hace más de 30 años y asociado al manual de la ultra capitalista. Contradictoriamente, las encuestas castigan una y otra vez al gobierno de Bachelet –estabilizando el descontento mayoritario frente a las políticas del Ejecutivo- y benefician al candidato de la derecha histórica, el
empresario Sebastián Piñera (en un complejo general que en un 50 % no se pronuncia por ninguna de las componendas políticas visibles, incluida la izquierda tradicional). Frente al cuadro es posible observar la activación de cierto sentido común, fundado en la tradición, que no necesariamente rima con los contenidos de la alienación diseñados por arriba para el control y la condescendencia social ante un modelo íntegramente antipopular. Si se siguen las encuestas –que no hay mucho más a qué echarle mano en un Chile profundamente antidemocrático y sin participación más que en el ámbito estrictamente privado y de consumo- los chilenos miran al Estado como un refugio seguro ante la incertidumbre de los primeros signos potentes de la desaceleración económica y una eventual crisis. De algún modo, la explotación, el mal empleo, e incluso la calidad de los servicios privados, paulatinamente desmontan la ilusión librecambista, la retórica vacía e imposible del “emprendimiento” privado como manera sustentable de
resolver la economía familiar y social. A la hora de la mala evaluación, ¿Hay una relación entre el sistema de partidos políticos y el tipo de democracia oligárquica imperante, por un lado, y la desacreditación explícita de la hegemonía de la empresa privada como plataforma de la totalidad de las relaciones sociales y vitales? Absolutamente sí. Y la relación es por negación. Encuesta tras encuesta, la gente sostiene invariablemente que los políticos (los del poder, los que aparecen permanentemente en los medios de comunicación de masas) están ocupados en reyertas mezquinas, intereses particulares, asuntos irrelevantes, cuestiones disociadas de la cotidianidad dura del chileno de a pie. Y, en cambio, en el padecimiento concreto del ejercicio de las relaciones de poder fundadas en la lucha de clases en el lugar de trabajo, en la escuela-guardería, en la casa-opresión y TV, es donde efectivamente se vive lo auténtico, lo acuciante, lo que quita el sueño y oprime. Es el jefe la figura material y tangible que somete, resta tiempo libre, paga mal y castiga. Y del jefe al dueño hay una frontera difusa, una opacidad que se simplifica en un malestar, miedo e insatisfacción únicos. El poder desplegado sin báscula del dueño, sin contraparte en general, se asocia al fuero ilegítimo que provee la propiedad contra el trabajador. Entonces no resulta extraño confiar en un Estado de relaciones más compensadas, donde pareciera que no hubiera dueños, y donde todavía funciona el mito de la estabilidad laboral del trabajador y el tipo de relaciones humanas que emanan de un trabajo, popularmente, entendido no bajo presión, no contra el tiempo, no contra metas imposibles, no sin contrato, no sin carrera al interior de una industria de cualquier índole. Por abajo, primero sin palabras propias, apenas como una sensación punzante, pero luego como un malestar agregado, de muchas fases y alta frecuencia, salta la convicción de que contenidos ligados a cierta idea de igualdad y seguridad, más allá de la corrupción posible y real, tiene un campo con mayores expectativas de realización en un Estado que ofrezca garantías mínimas. Si los empresarios “hacen lo que quieren y viven en otro mundo”, y los políticos “están distraídos y sólo persiguen su beneficio”, el Estado, como construcción histórica de atributos míticos después de su desactivación económica y desmantelamiento ocurrido hace dos generaciones, aparece como solución plausible en el sentido común ante la inestabilidad que gobierna, la desazón generalizada, y la mala vida.

4. La lucha de los empeños anticapitalistas, en una de sus tareas sustantivas, debe aportar a la construcción de conciencia, a la desalienación de las clases subalternas, a la edificación de la convicción de poder y la confianza popular en las fuerzas propias en permanente autoformación. Más allá de ciertos relatos idealistas –muchas veces justificados por traumas históricos-, el socialismo se levantará transitoriamente sobre un Estado regulador, combinado con fuertes desplazamientos de poder auténtico a los trabajadores y el pueblo en organización estratégica, sobre relaciones multidimensionales radicalmente otras que las actuales, y en pugna contra tentaciones burocratizantes y totalizadoras (en el peor de sus sentidos). Será la hora de sintetizar la igualdad con la libertad, en un tramado de contradicciones internas, temperatura de las correlaciones de fuerzas regionales y mundiales, maduraciones subjetivas y materiales, y caminando hacia un tipo de sociedad sin explotados y explotadores.

Pero para ello queda un derrotero complejo, lleno de incertidumbres, no fatal; extraordinariamente volitivo, tanto como objetivo. El combate mestizo de construir fuerzas a través de la organización y la lucha pareciera tener tiempos incalendarizables. Y la flexibilidad táctica debe ser un atributo constitutivo de los empeños anticapitalistas. Si el campo de conciencia de las grandes mayorías –no transferibles mecánicamente a fuerza social transformadora- se inclina positivamente hacia la regulación estatal, ¿No comporta ello una oportunidad de politización en su sentido liberador? Es decir, si en cierto tiempo concreto la lucha contra el capital se expresa como destrucción potencial, en ciernes, palpitante, de un orden fundado en la propiedad privada de los medios de producción mediante la recuperación de derechos sociales anclados en el Estado, para potenciar su intervención –que hoy, ciertamente, atentaría contra los intereses del capital en su actual manera extremista de desenvolvimiento- con la condición insustituible de una alta participación social, ¿No debería propulsarse con contenidos de inspiración revolucionaria, como si fuera una palanca que pusiera a los trabajadores y al pueblo en franca contradicción con la dominación de la minoría? La estatización por sí sola, deidificada, como fetiche o punto crucial de llegada, convierte cualquier estrategia en el peor sueño y predice su bancarrota. Pero si se emplea como táctica que empuja, crea fuerzas, organiza y politiza liberadoramente, ¿No la convierte en demanda tangible, paso concreto y previo? De algún modo, para los empeños anticapitalistas, la lucha por volver propiedad social de administración estatal derechos y servicios hoy privatizados, al menos revelaría los límites de la ultra capitalista, acentuaría las contradicciones sociales, podría ser contenido táctico, y obraría como facilitador de la construcción necesaria de poder popular. Estas razones deberían, de algún modo, ser punto de un debate amplio, fraterno y unitario.

sábado, 30 de agosto de 2008

Bolivia: Un proceso amenazado que crece

Rafael Bautista (especial para ARGENPRESS.info)

Se dice que todos retornan a su origen de clase. El retorno quiere decir el devolverse al origen del cual uno es lo que es. Pero hay que agregar lo siguiente: un tipo de extracción genera un tipo de subjetividad. Esto quiere decir: el modo de acumular riqueza es el modo que constituye, en definitiva, al individuo. Entonces, la acumulación no es fútil, pues constituye el modo de ser del que acumula. Y lo constituye para siempre; de modo que, en este caso, cambiar significa cambiar el modo de acumulación, renunciar a ser lo que se ha sido: optar por una nueva forma de vida. Uno da lo que tiene, y si la oligarquía sólo sabe dar violencia, entonces es violencia lo que constituye su forma de vida. Es como una enfermedad crónica que requiere un cambio en los hábitos: cambiar de forma de vida. Pero sucede que, en muchos casos, es el enfermo quien se resiste a aceptar su condición de enfermo, y esa resistencia es el causante del empeoramiento de su situación. Ante una sociedad enferma espiritualmente, se requiere algo más que la audacia política. Es parte de nuestro cuerpo que se resiste a cambiar y que nos arrastra, en su resistencia, al malestar.

Pero comprendamos el origen del actual malestar que enferma a nuestra sociedad. Por lo general se cree que la acumulación originaria del actual capital del oriente (y su foco radical: la oligarquía cruceña) radica en la extracción de goma o azúcar, la ganadería o la agroindustria, etc. Esa creencia describiría una linealidad casi homogénea del comportamiento histórico de la oligarquía oriental. Lo cual no es cierto. Pues los últimos veinte años de neoliberalismo fueron la fiesta del capital oriental (pues casi todos los gobiernos neoliberales estuvieron en manos de la oligarquía cruceña, tarijeña, beniana y pandina); y esa presencia en el Estado no coincide con lo que pudo haber significado una acumulación histórica de liderazgo. El modo iracundo y hasta salvaje de asaltar otra vez el poder no coincide con esa pretendida acumulación histórica.

La acumulación originaria de la actual oligarquía que no cede y que, de modo irracional, quiere imponernos una democracia, a imagen y semejanza de su condición original, debe entonces buscársela en otro lado: Su modo de extracción es el narcotráfico y su modo de ser es el fascismo. Pues se trata de un modo de extracción que se origina y constituye en las dictaduras militares y, despliega, desde su origen, la violencia desmedida y sistemática de un apetito parasitario que, para vivir, necesita destruir. La democracia, made in USA, que trajeron los graduados de Chicago (los economistas que ahora, en las pantallas, parecen alquimistas, transformando la mentira en verdad mediática), le sirve para lavar su condición, pero la lava ensuciando toda su sociedad; accede al poder corrompiendo las instituciones: empieza por los partidos y acaba con los medios. Por eso, una vez gobierno, abre su país a otro apetito más voraz que el suyo: el capital transnacional; pues no se trata de una acumulación producto del esfuerzo sino de la inmoralidad. Y esa inmoralidad le permite vender hasta a su propia madre, con tal de ganar algo más. El origen de este capital es entonces espurio y trepa socialmente al modo de la mafia. En veinte años de neoliberalismo encontró su paraíso fiscal: el Estado policiaco. Y ahora retorna a su origen y nos promete lo único que tiene: la violencia; por eso agrede, porque es lo único que ha aprendido como forma de vida.

Esa es la triste oposición que retrata a una oligarquía cooptada por un sector que, a base de pura violencia, trepó socialmente corrompiendo a una sociedad (que se denomina clase media) que, como su base de reclutamiento, está llamada a defender los intereses del ladrón, en desmedro de sí misma. Ya no pueden acudir al discurso liberal o socialdemócrata, quienes fueron paridos por el fascismo, y cuyo modo de acumulación es inadmisible por los mismos principios que se encargan de, otra vez, corromper. Por eso lo de "Consejo Nacional Democrático" (que es la sigla que roba los mismos principios que atropellan) es una burla, porque no tiene nada de consejo ni de nacional ni de democrático; y ese modo abusivo de ampararse en banderas ajenas los retrata de cuerpo entero: robar como forma de vida.

Por eso el aparente triunfo que logran es sólo la demostración de su derrota, porque la violencia no es gratuita y eso manifiesta la perdida de hegemonía de aquel que no sabe siquiera sacarle partido a una batalla. Por eso la estrategia del presidente era sabia: es mejor que se desmorone por sí solo lo que no tiene poder real. Enfrentarle significaba darle crédito a algo que no lo tiene, caer en la trampa mediática: la legitimidad inventada. Ser realista consistía en saber advertir esto; por eso el referéndum ratificatorio era fundamental realizarlo. Ahora el esenmascaramiento no sólo es paulatino sino total y demuestra que las supuestas demandas regionales eran un magnífico pretexto para ocultar la intención última; aquella que caracteriza a la oligarquía boliviana en su conjunto: su interés nunca coincidió con el interés nacional, porque ese interés se logró precisamente atropellando el interés nacional. El relevo oligárquico fue un relevo extractivo y que configuró una casta improductiva y ávida por comprometer el patrimonio nacional para lograr beneficios inmediatos. Por eso pierde el Acre o el Litoral y, ahora, prefiere despedazar su país que verlo desarrollarse de modo auténtico.

Esa historia degenera en el actual relevo oligárquico que, asiste a esta definición histórica, cargando no sólo el fracaso centenario de su incapacidad, sino la inmoralidad inherente de su última acumulación. Así como el narcotraficante transforma un alimento sagrado (como la coca) en un veneno, no le tiemblan las manos (ni le remuerde la conciencia) cuando transforma la vida en muerte, la libertad en opresión, la democracia en fascismo. Y para ello hurga y manipula los asuntos más delicados para sembrar odio y sangre en latierra que nunca respetó ni amó. El asunto nunca fue autonomía versus centralismo. Porque el centralismo no fue de una región sobre las otras sino de una oligarquía que capturó para sí el poder central y, desde allí, recondujo todos los recursos en beneficio propio. Por eso se corrobora lo siguiente: nadie es poderoso por tener mucho dinero sino por haber accedido al Estado.

Si la crisis aparece estando el narcotráfico en el poder entonces hacen del Estado un estado totalitario; las armas se amparan en la ley para asesinar al pueblo. Pero si el poder público se les es arrebatado, entonces llaman a la movilización civil de su ámbito de reclutamiento: la clase media. Pero la legitimación no cambia, se trata de legitimar la dominación en el asesinato. Por eso conducen a sus convocados a la violencia, porque, en el fondo, no saben otra manera de legitimar su poder sino es asesinando; pero para que no aparezca como lo que es: asesinato puro, tienen, necesariamente, que encubrir el asesinato ideológicamente. El que asesina debe asumir su acto como algo "bueno" y, mientras "más bueno" lo considere, más muertes estará dispuesto a ocasionar. Es cuando el totalitarismo se desnuda y toma como rehén a todo un país y le exige, como pago, no cambiar nada: la legitimación consiste en asesinar y cuanto más se asesine más legitimidad tendrá el asesino. No se trata de una demanda sino de una amenaza, por eso sus términos no admiten concesiones o terceras vías. Es este totalitarismo el que provoca una situación sin salida; provoca la confrontación, porque es a lo que apuesta, de modo que justifica esta porque previamente ha asumido que es legítimo asesinar; el origen de su legitimación se encuentra siempre en la disposición que tiene a matar; está seguridad es la que intimida y da fuerzas a sus convocados: su fidelidad está en la disposición suicida de acabar con todo si no se le cumple lo que quiere. La ideologización de sus creencias (el racismo hecho "catecismo autonomista") es lo que apalea a todos los demás convertidos en enemigos.

Ese es el discurso de los prefectos, en el que advertimos dónde hace nido la confrontación y la intolerancia. Es un discurso que no sabe medir sus palabras y sólo reafirma una insolencia que sólo podría provenir de la soberbia. Precisamente los medios (los grandes perdedores del referéndum) son quienes dan alas para que el soberbio se crea amo y señor de algo que no le pertenece. Ni siquiera el triunfo virtual de los prefectos, inventado por los medios (que ahora no hay que decirles nada porque se enojan, lujo que no se puede dar el pueblo, que es quien padece sus mentiras), era triunfo, porque ¿qué significaba ganar si sólo habían ganado entre sus compadres y sus caporales? Los medios, que se creen Dios, porque juzgan sin apelación alguna (pues hasta ahora ningún medio rectificó la asquerosa manipulación que hizo), repartiendo vida y muerte a granel, decidiendo, por anticipado, como Dios, quién gana y quién pierde (como la sentencia del tribunal supremo gringo, cuando le robaron la elección a Al Gore: "quizás no sepamos quién ganó, pero sí estamos seguros quién perdió"). Los "dos tercios", el 67.4% (bandera de la derecha en la Constituyente, pero ahora inexistente en sus bocas) de apoyo nacional al gobierno es un triunfo, dicen estos medios, sólo "relativo": "la revocación es en 5 departamentos", decía el padre Pérez y los analistas de Gonitel y sus gemelas PATB, buscando desesperadamente argumentos para quitarle el triunfo al gobierno (si tal situación fuese cierta, entonces habríamos dejado de ser nación, gracias a Dios somos nación y el referéndum dejó establecido eso). El baño de humildad que precisa la derecha se hace imposible, pues ni siquiera en sus "triunfos" son capaces de sensatez. "No odies a tu enemigo, eso afecta tu juicio". Es una lección que dictamina la prudencia política. La virtud consiste en reconocer la dignidad del adversario; de ese modo el conflicto no se absolutiza y el diálogo es posible. Pero desgraciadamente no hay prudencia ni virtud en la oposición que ahora mengua a menos de un tercio de luna; pues la "media luna" quedó reducida a su tamaño real: los adictos de los medios (quien se alimenta de mentiras sólo sabe escupir veneno).

Acusado de populista y caudillo autoritario, el presidente Evo Morales, es quien, curiosamente, le devuelve al pueblo su condición de sede originaria de la legitimidad y la soberanía. Los prefectos, todavía hijos del absolutismo del dieciocho (l'Etat c'est moi), son incapaces de reconocer que su poder es una delegación que el pueblo siempre y, en última instancia, produce como sede originaria del poder real. El referéndum consistía precisamente en devolverle al pueblo esa su cualidad originaria. De modo que el acusado de autoritarismo otorga al pueblo la posibilidad de su revocación y quienes le acusan son aquellos que, más bien y acorde a su condición inmoral, usurpan de nuevo aquella delegación y ofenden, como primera muestra de la arrogancia de aquel que cree que el poder reside en él. Después de más de "dos tercios" de aprobación nacional, el discurso del presidente Evo Morales es todavía conciliador y muestra una sabiduría y magnanimidad propia del estadista. Lo cual lo distingue de toda la lacra política que nos gobernó (y pretende todavía usurpar de nuevo el poder) y manifiesta una verdad que aparece de cuerpo entero: sólo quien venía de abajo podía entender, en su verdadera dimensión, las contradicciones de nuestro país; y que esa sabiduría no podía proceder de Harvard o Cambridge o Lovaina o Chicago, sino de aquí mismo, de la tierra que nos parió y sufrió con nosotros nuestra suerte. La leyenda de la coca era cierta, sólo ella podía producir un líder merecedor de esta nuestra tierra.

Eso es lo que distingue a un proyecto nacional de un interés particular. Y lo que distingue a la autoridad moral de la inmoralidad autoritaria. Al Evo de los prefectos. Por eso nunca hubo "empate catastrófico", y eso sólo fue un triste empantanamiento de una intelectualidad que quería quedar bien con Dios y con el diablo. Frente al iracundo desafío de la oligarquía (cuyos paros y bloqueos son pagados por los recursos que dicen defender) el pueblo no puede sino responder como acumulación histórica de la memoria. No se trata de una lucha de hegemonías que, en última instancia, es la opción del más fuerte: ¿quién puede matar más?; sino de algo más allá que la mera audacia política. Propiciar el conflicto es lo más fácil, pero en política lo más fácil es lo más peligroso. La prudencia nos obliga a sostener este proceso de modo democrático; es el marco en el que se ha producido este proceso y dentro del cual debe saber llevarse a cabo. Ese es el verdadero desafío que adoptamos como pueblo: el tránsito democrático hacia una nueva forma de vida; de modo que la resolución sea siempre política y no bélica. Porque hasta con las piedras que nos ponen en el camino podemos todavía seguir construyendo. La oligarquía se mueve en el todo o nada, por eso su lucha es a muerte. Nosotros proponemos la vida, por eso no provocamos la muerte. El derecho a la defensa le pertenece a la víctima porque defiende la vida.

Es lo que confirma el "Consejo Nacional por el Cambio" que, curiosamente, resignifica la sigla del MAS (que puede ahora ser lo que en su origen ha sido, el Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos, IPSP); ahora se trata de: "Movimientos al Socialismo", en plural; porque las organizaciones aglutinadas se reúnen y confirman un horizonte. Lo que resta ahora es explicitar ese horizonte: ¿en qué consiste el socialismo como horizonte de una "revolución democrático- cultural"? El pueblo boliviano se propone a sí mismo como opción histórica y lo hace en Cochabamba (el centro recuperado). La unidad en primera instancia, la organización estratégica (como "Consejo Nacional para el Cambio") y el reencauzar sostenido del proceso; allí aparece la propuesta inmediata: un referéndum por la nueva constitución. Después del aplastante triunfo nacional, la sabiduría popular opta por la consulta y no por la imposición. El gobierno tratará de abrir los espacios del dialogo y la concertación, como es su deber, pero la resolución política del conflicto ya fue dada, otra vez, por el pueblo. La concientización o, dicho de otro modo, la nacionalización de nuestra conciencia, es el suelo desde donde el siguiente paso es posible. No se puede transformar un Estado colonial si no se transforma sus estructuras, y esto empieza con otorgarle un nuevo proyecto, es decir, un nuevo sentido. El camino es y será arduo. La metáfora lo ilustra de este modo: siempre hay un Egipto que oprime, pero también siempre hay una tierra prometida, y el único camino que nos conduce a este es el desierto, donde el pueblo debe saber crear lo nuevo. Pero en el desierto el pueblo no está solo. Por eso la comunidad no es sólo humana sino comparece en ella Aquel que dice: "He escuchado el clamor de mi pueblo y te encomiendo a ti que lo liberes". Cuando un deseo es sincero y generoso, el universo entero conspira con uno para realizarlo. Y no hay mayor deseo generoso que la liberación del pueblo.

lunes, 4 de agosto de 2008

CON EXITO SE REALIZA LA PRIMERA FIESTA GUACHACA

En la ciudad de Coronel, el sábado 2 de Agosto recién pasado se realizo con éxito la primera Fiesta Guachaca en la zona. Unas ochenta personas participaron de esta actividad, disfrutando de perniles y prietas, así como unas ricas sopaipillas con pebre y buenos vinos.

Con un papelografo que decia "Aqui somos Chilenos todo el año", los distinguidos guachacas aplaudieron al experimentado grupo Nehuen, a los muchachos del grupo Semilla, al duo de poetas Sergio y Pablo y tambien a los jóvenes talentos del grupo Volta.

Y como buena fiesta terminó con un buen bailoteo compartiendo de buen ánimo todos lo asistentes.

En este espacio queremos dar las gracias a los artistas que nos deleitaron con la música, a las amigas que prepararon los ricos platos, a los muchachos de la amplificación, a todos quienes asistieron, así como agradecer a todos y todas los rodriguistas que hicieron posible la realización de la actividad cumpliendo con los objetivos trazados.
Destacamento Lientur
M.P.M.R.

miércoles, 30 de julio de 2008

Más de tres millones de chilenos no se inscribieron para votar


Más de tres millones de personas no se inscribieron para sufragar al cierre de los registros electorales para los comicios de alcaldes y concejales de octubre próximo, en su mayoría jóvenes de entre 18 y 30 años.

El Servicio Electoral informó que el padrón se mantiene virtualmente sin variaciones desde la elección anterior, realizada hace tres años.

De los 11,5 millones de chilenos mayores de 18 años, el padrón se aproxima a 8,2 millones de personas.

En Chile, la inscripción es voluntaria y el sufragio obligatorio.

Este problema no es nuevo y se ha constatado en cada elección a partir de 1990, cuando retornó la democracia tras el fin del régimen militar (1973-1990).

Sólo una bajísima proporción de jóvenes se registra y de este modo apenas se logra reemplazar a quienes fallecen.

Unas 30.000 personas se inscribieron para estos comicios, de los cuales la mitad correspondieron a cambios de domicilio.

En esta ocasión, los nuevos inscritos sólo suplirán, en parte, las 180.000 personas que por muerte fueron sacadas del padrón de 2005 a 2008.

Según cifras oficiales, entre las elecciones presidenciales de 1989 y las de 2005, la diferencia en el número de votantes no superó el medio punto porcentual, diferencia que fue a la baja pese a que la población creció 23 por ciento en ese lapso.

La causa fundamental de esta situación es la evidente marginación de los jóvenes y su consiguiente desinterés respecto de las autoridades, las decisiones públicas y también del régimen democrático.

En las últimas dos décadas, el padrón electoral ha envejecido y las personas menores de 30 años representan un magro 7,6 por ciento.

Durante ese período han muerto un millón y medio de personas inscritas en los registros electorales y los nuevos electores llegan sólo al millón, cifra insuficiente para renovar el registro de votantes.

Para el plebiscito de 1988 36 por ciento del padrón era menor de 30 años, sin embargo en los diez comicios que han transcurrido desde entonces (municipales, parlamentarios y presidenciales) dicha representación decayó.

En las elecciones presidenciales de 1999 el padrón de esta población bajó a 16,4 por ciento y en las municipales de 2004 a 8,9 por ciento.

Según los expertos todos los partidos de la coalición de gobierno y la oposición de derecha están comodísimos con el actual padrón, debido a que prácticamente no genera sorpresas electorales.

Los partidos Comunista, Humanista e Izquierda Cristiana, sin representación parlamentaria porque el sistema electoral no se lo permite, al favorecer sólo a los dos grandes bloques políticos, consideran que la exclusión política de los sectores populares es el motivo principal de la baja inscripción.

Hace varios años se discute en el Congreso un proyecto de ley que establece la inscripción automática en los registros electorales a partir de los 18 años y el voto voluntario, sin embargo el principal partido de la derecha, la Unión Demócrata Independiente, ha bloqueado su aprobación.

Chile goza de estabilidad política desde hace 18 años, pero la indiferencia de la juventud en los comicios debilita al sistema y a las instituciones democráticas y cada vez más la política se aleja de la realidad que vive la ciudadanía.

La interrogante pendiente es si la baja participación también se producirá en las elecciones legislativas y presidenciales de 2009.

viernes, 25 de julio de 2008

A proposito de sentirnos orgullosos de nuestro pasado, presente y futuro

"Pero no avalamos el secuestro. Yo estuve secuestrado en Chile. ¿Cómo voy a avalar eso?."

El compañero Guillermo Teillier, Presidente del Partido Comunista de Chile, hizo está
declaración al derechista diario El Mercurio el domingo 6 de julio en referencia a las acciones de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y también a su encarcelamiento luego del golpe fascista de 1973 en Chile. Ratificó sus dichos en la edición del 11 de julio en el periódico El Siglo.
Dos graves conclusiones se desprenden de esta afirmación. La primera, es que sitúa el accionar operativo de las FARC al mismo nivel que la represión de la dictadura pinochetista.
La segunda, y más desconcertante se refiere a la relativización de las métodos de lucha aplicados en una situación concreta por una fuerza revolucionaria.
Veamos nuestra experiencia: A partir de 1980, con el inicio de la Política de Rebelión Popular de Masas, se abre una etapa completamente distinta en el enfrentamiento con la dictadura. A la lucha popular se le agregaban componentes imprescindibles que configuraron una política revolucionaria integral.
Un grueso contingente de comunistas fueron formados en el arte militar, armados política, ideológica y materialmente para el enfrentamiento decidido con el enemigo. Algunos eran antiguos militantes, otros muchos, los hijos recién paridos de esta Rebelión. Fue inspiración de multitudes, política que caló profundo, hasta hoy, en muestras vidas. Nos trajo un discurso nuevo, nos habló de dignidad, del uso de todas las formas de lucha, de la razón y la fuerza para vencer, de la desobediencia civil, la violencia aguda contra el enemigo de clase, de la perspectiva insurreccional. Es por eso que nos entregamos con convicción y decisión tratando de impulsar en cada frente social y político grados ascendentes de resistencia al régimen.
Con la aparición del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en diciembre del 83, las capacidades se multiplican, la crisis del régimen se acentúa, las fuerzas políticas antifascistas se rearticulan y el factor subjetivo tiende a hacernos pensar que se avecina una situación revolucionaria y que la posibilidad de una salida democrático-popular es un escenario posible.
Pero la PRP, su práctica concreta, se expresaba en la realidad. La violencia revolucionaria, fuera de la retórica, estuvo marcada por el dolor y la sangre; así lo vivimos muchos combatientes, lo asumimos y actuamos en consecuencia. En la lucha cotidiana, insertos en la protesta popular o en la acción audaz, enfrentamos y golpeamos al enemigo, de la misma forma en que fuimos golpeados, torturados y asesinados como fruto del terrorismo de estado. Siempre quisimos hacer más para terminar cuanto antes con la dictadura.
Después de todo esto, es inaceptable poner en tela de juicio el accionar combativo militar, con sus aciertos y errores, porque fueron las formas que consideramos necesarias en ese momento para fortalecer la organización y la lucha del Pueblo. Es sorprendente que sea precisamente el compañero Teillier, que según documentos públicos, era el responsable de la Comisión Militar del PC entre el 82 y el 86, de la cual dependía orgánica y operativamente el FPMR, quien haga este planteamiento. Y aunque no fuese el jefe militar, con orgullo, igual que cualquier comunista, debe reivindicar el conjunto, la totalidad de los resultados de la aplicación práctica de la PRP.
Necesitamos escuchar opiniones templadas de quienes eran nuestros líderes, de los que diseñaron y proyectaron la política; no queremos responsabilidades limitadas para unos y responsabilidad total para quienes ejecutamos las acciones combativas, es decir, los bombazos, los ajusticiamientos a militares y civiles fascistas, los asaltos, la propaganda armada, los secuestros.
Todos fuimos la Rebelión, todos hicimos todo, todos somos responsable de todo.
Porque ofende la memoria de los que no están para hablar. Porque humilla y condena a nuestros compañeros que estuvieron cumpliendo peligrosas y heroicas misiones que incluyeron los secuestros de Gonzalo Cruzat en abril del 84, de Sebastián Bertolone en diciembre del 84, del cabo Germán Obando en abril del 86 y del coronel Mario Haberle en agosto del 86. Nos duele el comandante
Braulio del FPMR, Fernando Larenas, participante de algunas de estas operaciones, posteriormente herido y hecho prisionero, hasta que es rescatado y puesto en libertad por una unidad rodriguista.
Renegar no es la solución a los desafíos políticos actuales. En nuestra memoria y en la práctica política estarán presentes los aprendizajes de aquellas rebeldías que del papel fueron capaces de saltar a la barricada.

Es probable que esta nota sea tratada como parte de la campaña anticomunista, pero lo cierto es que su intención profunda es luchar contra el desarme ideológico del que ha sido víctima la izquierda y el PC en estos últimos años.

"Pero no avalamos el secuestro. Yo estuve secuestrado en Chile. ¿Cómo voy a avalar eso?."

¿Cómo en una breve frase puede haber tanto oportunismo?
Compañero Teillier, hay muchos que esperamos sus respuestas.

Luis Guerra. Rodriguista
Francisco González. Rodriguista
Miguel Montecino. Rodriguista
Marcelo Osses. Rodriguista
Ricardo Contreras. Comunista
Alicia Juica. Rodriguista
Marco Riquelme. Rodriguista
Gerardo Atabales. Rodriguista
Roberto Sambra. Comunista
Renato Millas. Rodriguista
Luis Vega. Rodriguista
Francisco Peña. Rodriguista
Lautaro Cruz. Rodriguista
Alvaro Carrera, Rodriguista

Fiesta Guachaca

jueves, 19 de junio de 2008

Listas paralelas, pactos y renuncias: El fantasma de la crisis política


2008-06-07

Raúl Blanchet
El revuelto mapa político que ofrecen la Concertación y la Alianza por Chile, parece reflejar sucesos o causas que recorren soterradamente nuestra realidad política y social, cuya dimensión y alcance aún no golpean con toda su fuerza.

Pocas veces antes de una contienda electoral, se había vivido un clima tan agitado en los conglomerados políticos más grandes del país, como el que se percibe ahora.

Un poderoso vendaval sacude a los partidos y bloques políticos, concertacionistas y aliancistas. Aún cuando sean motivadas por diferentes causas, la cadena de renuncias públicas a cargos partidarios, desafiliaciones de los partidos, surgimiento de listas paralelas y candidaturas alternativas para las próximas elecciones municipales, remecen al establishment político criollo.

Todo muestra que el epicentro del movimiento sísmico, se encuentran en factores enclavados más profundamente de lo que se podría suponer, pues las reacciones ante cada crisis política parecen incapaces de ponerles fin.

Un pacto nacional que quedó chico

Cuando la consultora Expansiva emitió en 2002 un análisis en que constataba el agotamiento del modelo económico y la necesidad de alcanzar un nuevo pacto nacional para emprender la conducción del país durante los años siguientes, dio cuenta de un fenómeno mucho más concreto que una simple elucubración. Las conclusiones se basaban en cifras y tendencias en desarrollo, que reflejaban la situación económica y social proyectada en una línea de tiempo, que constataba la tendencia a la inestabilidad y probable convulsión del país, si las cosas no cambiaban oportunamente de rumbo. Más allá de lo exacto o no del estudio realizado por el Think Tank del oficialismo, en enero de 2003 se selló el llamado pacto Lagos-Longueira, en el cual se negoció y firmó un acuerdo político legislativo para la "Modernización del Estado, la Transparencia y la Promoción del Crecimiento del país", que contenía 49 proyectos de ley, concebidos para reforzar la transparencia del Estado, modernizar su gestión, regular los vínculos entre el dinero y las actividades políticas, y asegurar el desarrollo del país a través de la rápida aprobación de una Agenda Pro Crecimiento.

Aunque tal acuerdo surgió como respuesta a la ola de escándalos por hechos de corrupción que involucraban a funcionarios de gobierno o a personas que lo habían sido, y que amenazaba incluso el término normal del período presidencial, las medidas acordadas no sólo contemplaban superar el difícil episodio, sino instalar una estrategia común que proporcionara también un mecanismo eficaz de cogobierno.

Pero allí no se frenó en definitiva el proceso de desgaste del sistema. Desde el mundo empresarial aumentaron las voces exigiendo mayor flexibilización laboral, como el único camino para retornar a las mejores tasas de crecimiento del país y recuperar así la ruta más estable de desarrollo del modelo económico y con ello, la llegada de los innumerables beneficios que supuestamente debería acarrear. La agenda pro crecimiento avanzó, pero siguió sin lograr la recuperación de las mayores tasas de crecimiento económico de los años 90 -5%, 6 % y 7%- por una parte, y por otra las medidas para establecer mayor transparencia fueron absorbidas por la densa neblina de la corrupción, instalada desde los primeros años de la dictadura al facilitar el saqueo de las empresas del Estado por los grupos económicos –algunos de los cuales se formaron a partir de esas prácticas- y convertida en parte integral de la vida del país, como lo demuestran las incesantes denuncias y revelaciones que permanentemente hacen noticia, sin considerar aquellos casos que todavía permanecen sin ser descubiertos. Una tendencia que involucra a personas de todos los colores políticos, credos religiosos e instituciones.

La movilización social

El incremento de la movilización social es otro de los factores fundamentales que pone en tela de juicio la sustentabilidad del modelo. Grandes grupos de trabajadores subcontratados o externalizados bajo diversas figuras legales, comenzaron a desarrollar nuevas formas de agruparse y exigir mejoras en sus sueldos y condiciones laborales, haciendo crujir el andamiaje del modelo, confirmando en parte los vaticinios hechos por Expansiva en 2002. Subcontratistas forestales, de la minería estatal y privada, trabajadores del salmón, entre otros pilares de la economía exportadora, se plantaron resueltamente con sus demandas y generaron como respuesta de las autoridades un incremento de la criminalización de la protesta social, pero también una mayor barrera al incremento fácil de las utilidades de las grandes empresas. Todo lo contrario de lo esperado de la agenda pro crecimiento, no obstante que las grandes empresas no han dejado de percibir jugosas ganancias.

Una creciente movilización social se hizo presente en el país, como lo demuestran las reacciones de pescadores artesanales, trabajadores marítimo-portuarios, empleados fiscales, profesores, transportistas, entre otros, y muy especialmente los estudiantes, que desde la "revolución pingüina" se instalaron como actores del debate nacional sobre grandes temas y que por estos días protagonizan la toma de numerosos liceos y universidades.

Las comunidades mapuche que pelean por la recuperación de tierras y el establecimiento de derechos plenos para este pueblo nación, agregan un componente de alto impacto al escenario político del país. Reciben como respuesta la militarización de las zonas de mayor actividad, sin que aparezcan soluciones efectivas desde las autoridades. En los territorios en conflicto la tensión no decae. Por el contrario, se advierte la irrupción de métodos más radicalizados de lucha frente a la negativa oficial de satisfacer las demandas de las comunidades y el recrudecimiento de la represión como respuesta principal.

No es mera casualidad que durante el gobierno de Michelle Bachelet, hayan perecido a manos de Carabineros el trabajador forestal Rodrigo Cisternas y el comunero mapuche, Matías Catrileo, sin olvidar a otros asesinados por fuerzas policiales como Alex Lemun o Daniel Menco. Tampoco es casual que durante los primeros cuatro meses de 2008, se registrara la detención 2.634 personas en manifestaciones y protestas de distinta naturaleza, como informó una investigación del Centro de Estudios Francisco Bilbao.

Vientos de tormenta sobre el mapa político

La renuncia de Hernán Larraín a continuar como timonel de la UDI y el instantáneo surgimiento de dos postulaciones a presidir la tienda, encabezada una por Juan Antonio Coloma y la otra por José Antonio Kast, demuestra que las aguas no están nada quietas en ese partido, principal heredero de la "obra" de la dictadura. Baste recordar el "Bacheletismo aliancista" forjado por el otrora abanderado de la derecha, Joaquín Lavín, su total desinterés -al menos transitorio- por participar en las contiendas electorales venideras incluida la presidencial, y el remezón que causó al interior de la alianza derechista.

Entre los argumentos de Hernán Larraín para no continuar a la cabeza de la UDI, mencionó las contiendas por liderazgo, que al expresarse de maneras disímiles, pusieron en contradicción estilos de conducción y de hacer política recurriendo a propuestas populistas o efectistas, en busca de resultados comunicacionales, que hacían perder consistencia en la relación de la UDI con el electorado, entre otros factores, según manifestó a un matutino. Todo ello sin desconocer otros sucesos que juegan un rol en el proceso interno, como son la renuncia de la alcaldesa de Huechuraba, Carolina Plaza, golpeada por las denuncias de irregularidades hechas por el yerno de Joaquín Lavín.

En medio de los esfuerzos de Jovino Novoa por impedir una elección a dos bandas en la UDI los próximos 5 y 6 de julio, nadie podría negar que la crisis.

En la Concertación en tanto, los partidos PPD y Radical Social Demócrata, lanzaron la creación de listas paralelas de candidatos a concejales, bajo el concepto de que tal fórmula captará más votos para los candidatos a alcaldes y el propio bloque de gobierno. El proyecto no tardó en transformarse en conflicto y estallaron las reacciones que alcanzaron niveles de alerta roja, al advertir que la propuesta de dos listas amenazaba la unidad del conglomerado oficialista. Y otros advirtieron que no ello, se ponía en riesgo la propia existencia de ésta.

La propuesta PPD-PRSD, sin estar vinculada con ellos, vino precedida de la expulsión de Adolfo Zaldívar de la Democracia Cristiana, lo que produjo el desgarro de parlamentarios, militantes y dirigentes de la colectividad, quienes protagonizan -después de muchos años- un nuevo cisma en la falange.

También se alejaron de la Concertación y en particular del PPD, Fernando Flores y Jorge Schaulson. Ambos actualmente empeñados en el despegue de Chile Primero, partido tan amplio, tan amplio, en el que tienen cabida desde la ultra derecha a la izquierda extraparlamentaria, a condición de que las personas sean las mejores en su campo o quehacer.

Por añadidura, un grupo de militantes y miembros del Comité Central del Partido Socialista renunció a él y, encabezados por simón Escalona y Francisco Bucat, levantaron candidaturas alternativas para las municipales en lugares tan significativos como Santiago.

Omisión sin ganancias

A un costado de los mayores bloques políticos, el pacto por omisión impulsado por el Partido Comunista y la Concertación, ha determinado en forma preliminar las comunas en que operará. Y aun cuando quedan algunas por definir, lo sustancial ya está acordado. Paralelamente y pese al ordenamiento que significó para la izquierda extraparlamentaria, el acuerdo alcanzado entre el Partido Humanista y los comunistas, sumada la legalización de la Izquierda Cristiana como partido, comenzaron a surgir candidaturas alternativas allí donde este pacto por omisión operará. Auspiciadas por grupos de la izquierda extraparlamentaria que integraron el pacto Juntos Podemos y organizaciones que no participaron de aquel proyecto, comienzan a emerger postulaciones que agregan sus notas al concierto –o desconcierto- político general. Incluso existen comunas en que fueron proclamados como candidatos por las bases del PC y con fuerte apoyo de sectores independientes, líderes que cuentan con una dilatada trayectoria entre la comunidad y que han obtenido votaciones que no vencieron en comicios anteriores debido a las especiales disposiciones adoptadas desde los bloques de poder para impedirlo.

Así las cosas, es evidente que, ya sea debido a los fenómenos que diagnosticó en su momento Expansiva, o por otras causas, se está produciendo un realineamiento político generalizado inhabitual en las contiendas electorales, las que si bien siempre importan movimientos en el mapa político, acercamientos y alejamientos, agrupamientos y rupturas, transitorios o permanentes, entre bloques, partidos, grupos y líderes, ahora el proceso parece tener otro carácter. Como cuando se alinean y preparan las fuerzas en el campo de batalla para una contienda mayor.

Por Raúl Blanchet
El Siglo en Huelga Nº 21

viernes, 13 de junio de 2008

Cuarenta años de la muerte del Che Guevara

Autor : Alan Woods

El Che ¿un icono?

Lenin escribió lo siguiente en El Estado y la revolución: "Ocurre hoy con la doctrina de Marx lo que ha solido ocurrir en la historia repetidas veces con las doctrinas de los pensadores revolucionarios y de los jefes de las clases oprimidas en su lucha por la liberación. En vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para ‘consolar" y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola".

Después de su muerte, Guevara se convirtió en un icono de los movimientos socialistas revolucionarios y en una figura clave de la moderna cultura pop en todo el mundo. La fotografía del Che de Alberto Korda se ha hecho famosa, aparece en camisetas y pancartas de protesta en todo el mundo. De este modo, el Che se ha convertido en un icono de nuestra época. Después de la muerte de Lenin, la camarilla dirigente de Stalin y Zinoviev crearon un culto alrededor de su figura. Contra los deseos de su compañera, Nadia Krupskaya, su cuerpo fue embalsamado y expuesto al público en el mausoleo de la Plaza Roja. Más tarde Krupskaya diría: "Durante toda su vida Vladimir Ilych estuvo en contra de los iconos y ahora lo han convertido a él en un icono".

En noviembre de 2005, la revista alemana Der Spiegel escribía sobre los "revolucionarios pacíficos" de Europa a quienes describía como los herederos de Gandhi y Guevara [!]. Es una absoluta farsa. Deberíamos crear la "Sociedad para la protección del Che Guevara" frente a esas personas que no tienen nada que ver con el marxismo, la lucha de clases o la revolución socialista y que desean pintar una imagen completamente falsa del Che, como si fuera una especie de santo revolucionario, un pequeño burgués romántico, un anarquista, un pacifista gandhiano o alguna otra estupidez por el estilo.

Nuestra actitud hacia este extraordinario revolucionario es similar a la actitud que tuvo Lenin hacia Rosa Luxemburgo. No ocultaba sus críticas a los errores de Rosa Luxemburgo, pero Lenin tenía un gran concepto de Rosa Luxemburgo como revolucionaria e internacionalista. Aquí está lo que escribió sobre Rosa para defender su memoria contra los reformistas y mencheviques:

"A esto responderemos con una frase de una vieja fábula rusa: ‘Suele suceder que las águilas vuelen más bajo que las gallinas, pero una gallina jamás podrá remontar su vuelo a la altura de las águilas". Rosa Luxemburgo [...] a pesar de sus errores fue -y para nosotros sigue siendo- un águila. Y no sólo los comunistas de todo el mundo venerarán su memoria, sino que su biografía y sus obras completas (cuya publicación los comunistas alemanes están demorando excesivamente, con la única excusa parcial de las tremendas pérdidas que están sufriendo) serán manuales útiles para la educación de muchas generaciones de comunistas de todo el mundo. ‘Desde el 4 de agosto de 1914 la socialdemocracia alemana es un cadáver putrefacto": esa frase hará famoso el nombre de Rosa Luxemburgo en la historia del movimiento obrero. Y desde luego, en el patio trasero del movimiento obrero, entre los montones de estiércol, las gallinas tipo Paul Levi, Scheidemann y Kautsky cacarean en torno a los errores de la gran comunista". (Lenin. Notas de un periodista. Obras Completas. Vol. 33. p. 210. En la edición inglesa).

Sus primeros años

Ernesto Guevara de la Serna (14 de junio de 1928 - 9 de octubre de 1967), conocido como Che Guevara, fue un marxista revolucionario, argentino de nacimiento pero internacionalista hasta la médula. Sus ancestros, como de la mayoría de la población de América Latina, estaban muy mezclados. Guevara es la forma castellanizada del vasco Gebara, que significa "de la provincia vasca de Araba (Álava)". Uno de los nombres de su familia, Lynch, es irlandés (la familia Lynch fue una de las 14 tribus de Galway) ¡La mezcla de sangre irlandesa y vasca es explosiva!

Nacido en el seno de una familia de clase media, no sufrió la pobreza ni el hambre como otros muchos niños de América Latina. Pero sí padeció una mala salud. Su naturaleza aventurera y espíritu rebelde estaban relacionados con el hecho de que en su infancia había padecido una enfermedad asmática. Pasó toda su vida intentando superar este problema poniéndose deliberadamente al límite. Su inflexible determinación para remontar todas las dificultades también se podrían achacar a esta circunstancia.

Sus instintos humanitarios lo llevaron primero al terreno de la salud y consiguió hacerse médico. Su especialidad era la dermatología y estaba interesado particularmente en la lepra. En aquel momento, sus horizontes no eran más amplios que los de otros jóvenes de clase media: trabajar duro, graduarse en medicina, conseguir un buen empleo, quizá realizar una investigación original en la ciencia médica y un avance del conocimiento humano con algún descubrimiento asombroso. En este período de su vida escribió:

"Cuando comencé a estudiar medicina, la mayoría de los conceptos que ahora tengo como revolucionario estaban ausentes en mi arsenal de ideales. Quería triunfar, como todos. Solía soñar con ser un investigador famoso, trabajar incansablemente para conseguir algo que pudiera, indudablemente, ser puesto al servicio de la humanidad, pero en aquella época todo era sobre el triunfo personal. Yo era, como todos, un producto de mi entorno".

Como la mayoría de los jóvenes, Ernesto amaba viajar. Estaba embargado por lo que califican los alemanes como "Wanderlust" [NdT. Ganas de conocer mundo]. Escribió lo siguiente: "Ahora sé por una coincidencia increíble del destino, que estoy destinado a viajar". Lo lejos que viajaría y la dirección que emprendería aún era un libro sellado para él. No hay duda de que habría sido un médico concienzudo, pero el Wanderlust iba más con él. Tomó la ruta y no regresó a Argentina durante muchos años. Su naturaleza aventurera lo llevó a emprender un largo viaje en motocicleta por toda Sudamérica.

El vínculo entre la medicina y sus ideales políticos surgió en un discurso que pronunció en la leprosería de San Pablo en Perú, en ocasión de su veinticuatro cumpleaños:

"Aunque somos demasiado insignificantes para ser portavoces de una causa tan noble, creemos, y esta jornada sólo ha servido para confirmar esta creencia, que la división de América en naciones inestables e ilusorias es una absoluta ficción. Sólo somos una raza mestiza con similitudes etnográficas extraordinarias, desde México hasta el Estrecho de Magallanes. Y así, en un intento de liberar todo el provincianismo intolerante, propuse un brindis por Perú y una América unida". (Diarios de motocicleta. p. 135).

Primer despertar

Este viaje fue el principio de una prolongada odisea que lentamente le abrió los ojos a la realidad del mundo en el que vivía. Por primera vez en su vida entró en contacto directo con las masas empobrecidas y oprimidas del continente. Presenció de primera mano las espantosas condiciones en las que vivía la mayoría de la población. La pobreza tan terrible que existía, en medio de toda la riqueza natural y belleza de este maravilloso continente, causó en su mente una impresión profunda.

Estas contradicciones conmovieron su naturaleza apasionada y sensible, y le hicieron meditar en sus causas. El Che siempre tuvo una mente viva e inquieta. Ese mismo fervor intelectual que demostró en su estudio de la medicina, lo trasladó al estudio de la sociedad. Las experiencias y observaciones que hizo durante sus viajes dejaron en su conciencia una marca duradera.

De repente, todas sus tempranas ambiciones de avance personal parecían algo pequeño y falto de interés. Al fin y al cabo, un médico puede curar a pacientes individuales, pero ¿quién puede curar la enfermedad terrible de la pobreza, el analfabetismo, la falta de techo y la opresión? No se puede curar el cáncer con una aspirina, no se pueden curar las enfermedades subyacentes de la sociedad con paliativos y paños calientes.
Poco a poco, en la mente de este joven maduró y se desarrolló una idea revolucionaria. No se convirtió inmediatamente en un marxista. ¿Qué hizo? Pensó y leyó mucho, una costumbre que no abandonaría hasta el final de su vida. Comenzó a estudiar el marxismo. De manera lenta e imperceptible, pero con una determinación inflexible, se convenció de que los problemas de las masas sólo se podrían solucionar a través de métodos revolucionarios.

Guatemala

Su conversión al marxismo consciente recibió un impulso decisivo cuando llegó a Guatemala para conocer las reformas implantadas por el presidente Jacobo Arbenz Guzmán. En diciembre de 1953 el Che llegó a Guatemala, en este país Arbenz encabezaba un gobierno reformista que intentaba llevar a cabo la reforma agraria y terminar con el sistema latifundista.

Ya antes de llegar a Guatemala, Guevara era un revolucionario comprometido, aunque sus ideas todavía estaban en una etapa de formación. Esta circunstancia se puede ver en una carta escrita en Costa Rica el 10 de diciembre de 1953 en la que dice: "En Guatemala me perfeccionará y lograré lo que me falta para ser un auténtico revolucionario". (Guevara Lynch, Ernesto. Aquí va un soldado de América. Barcelona. Plaza y Janés Editores. 2000. p. 26).

Pero la United Fruit Company y la CIA tenían otras ideas. Organizaron un golpe de estado encabezado por Carlos Castillo Armas, con apoyo aéreo norteamericano. Guevara, inmediatamente, se unió a la milicia armada organizada por las Juventudes Comunistas, pero se sintió frustrado por la inacción del grupo. Después del golpe, comenzaron las detenciones y el Che tuvo que buscar refugio en el consulado argentino, donde permaneció hasta que recibió un salvoconducto. Después decidió seguir su camino hacia México.

Su experiencia con el golpe apoyado por la CIA contra Arbenz, confirmaron sus ideas y le llevaron a sacar algunas conclusiones. La mente del Che Guevara se concentró en el papel de EEUU en América Latina. Era una potencia imperialista y era el baluarte de todas las fuerzas reaccionarias en el continente. Cualquier gobierno que intentara cambiar la sociedad, de modo inevitable, se enfrentaría a la oposición implacable de un enemigo poderoso y despiadado.

Después del triunfo del golpe inspirado por la CIA, el Che tuvo que huir a México donde, en 1956, se unió al Movimiento revolucionario 26 de Julio de Fidel Castro, que llevaba a cabo una lucha feroz contra la dictadura del general Fulgencio Batista en Cuba. Los dos hombres parece que entablaron inmediatamente una buena relación. Castro necesitaba de hombres de confianza y el Che una organización y una causa por la que luchar.

El Che había visto por sus propios ojos la funesta debilidad del reformismo y lo confirmó en su creencia de que el socialismo sólo se podía conseguir mediante la lucha armada. Llegó a Ciudad de México a principios de septiembre de 1954 y entró en contacto con exiliados cubanos que había conocido en Guatemala. En junio de 1955, se encontró por primera vez con Raúl Castro, y después con su hermano Fidel, que había recibido la amnistía y salido de prisión en Cuba, donde lo habían encerrado después del fracaso del asalto al Cuartel de Moncada.

El Che, inmediatamente, se unió al Movimiento 26 de Julio que estaba planificando derrocar la dictadura de Fulgencio Batista. Al principio, se suponía que el Che cumpliría un papel de médico dentro del movimiento. Su mala salud (sufrió durante toda su vida de asma) no sugerían que tuviera una constitución de combatiente. Sin embargo, participó en el entrenamiento militar junto con los otros miembros del movimiento y demostró su valía.

Granma

El 25 de noviembre de 1956, el yate crucero Granma zarpó de Tuxpan, Veracruz, rumbo a Cuba, cargado de revolucionarios. Era un viejo barco y llevaba a más personas de las que estaba permitido. Casi se hundió con el mal tiempo y muchos de los pasajeros sufrieron mareos severos. Sólo fue el principio de sus problemas.

La expedición casi quedó destruida al principio. Desembarcaron en el lugar equivocado y se quedaron atascados en los pantanos. Fueron atacados por tropas gubernamentales poco después de desembarcar y aproximadamente la mitad de los rebeldes fueron asesinados o ejecutados después de ser capturados, sólo sobrevivieron 15-20. Esta fuerza agotada y magullada, de algún modo consiguió reagruparse y escapar a las montañas de Sierra Maestra, desde donde iniciaron una guerra de guerrillas contra la dictadura de Batista.

A pesar del revés inicial, los rebeldes consiguieron dar un golpe valiente que resonó en los corazones y las mentes de las masas y, especialmente, de la juventud. Sus filas mermadas se llenaron con nuevos reclutas, la guerra de guerrillas se extendió por todo el este de Cuba. El Che participaba como médico, pero en el fragor de la batalla tuvo que decidir si serviría mejor a la causa como médico o como guerrillero. Y decidió:
"Quizás esa fue la primera vez que tuve planteado prácticamente ante mí el dilema de mi dedicación a la medicina o a mi deber de soldado revolucionario. Tenía delante de mi una mochila llena de medicamentos y una caja de balas, las dos eran mucho peso para transportarlas juntas; tomé la caja de balas, dejando la mochila...".

La fuerza principal de la rebelión residía en la debilidad crónica del viejo régimen, internamente podrido de corrupción y decadencia. A pesar del apoyo, dinero y armas del imperialismo norteamericano, Batista fue incapaz de detener el avance de la revolución. Sus soldados estaban poco dispuestos a arriesgar sus vidas para defender un régimen enfermo. Debilitados y desmoralizados por una serie de emboscadas en las cimas de Sierra Maestra, en Guisa y en los claros de Cauto, el ejército estaba totalmente desmoralizado cuando se lanzó la ofensiva final.

En esta campaña el Che se convirtió en comandante, consiguió reputación por su coraje, bravura y habilidad militar. En ese momento ya era el segundo de Fidel Castro. En los últimos días de diciembre de 1958, el comandante Guevara y su columna de guerrilleros se dirigieron al oeste para el avance final hacia La Habana. Esta columna llevó a cabo las tareas más peligrosas en el ataque decisivo a Santa Clara. En un discurso pronunciado en Palma Soriano el 27 de diciembre de 1958, Castro señaló la importancia de esta ofensiva:

"Establecimos nuestra línea defensiva en el río Cautillo. Teníamos rodeado Mapo pero aún quedaba Palma. Aproximadamente había 300 soldados enemigos. También estábamos ansiosos por tomar las armas que había en Palma, porque cuando dejamos La Plata, en Sierra Maestra, debido a la última ofensiva, nos quedamos con 25 soldados armados y 1.000 reclutas desarmados. Armamos a estas tropas a lo largo del camino, les armamos durante el combate, pero en realidad no terminamos totalmente de armarles hasta Palma".

Las órdenes finales para el ejército rebelde fueron emitidas desde Palma el 1 de enero de 1959. Pero el golpe final que acabó con la dictadura fue la huelga general de los trabajadores de La Habana. Todo el edificio colapsó como un castillo de naipes. Los generales de Batista intentaron negociar una paz separada con los rebeldes. Cuando se enteró de esto, el dictador se dio cuenta de que el juego había terminado y huyó a la República Dominicana el día de Año Nuevo de 1959.

En el poder

El viejo Estado burgués fue aplastado y se formó un nuevo poder, o más bien se improvisó, sobre la base del ejército guerrillero. El poder pasó ahora a manos del ejército guerrillero. Los marxistas de todo el mundo se alegraron del triunfo de la Revolución Cubana. Fue un golpe duro para el imperialismo, el capitalismo y el latifundismo en la puerta de atrás del estado imperialista más poderoso de la historia. Dio esperanza a las masas oprimidas en todas partes. Pero tuvo lugar de una manera diferente a la Revolución Rusa de octubre de 1917. No había soviets y la clase obrera, aunque garantizó la victoria final de la revolución mediante una huelga general, no jugó un papel de dirección.

Algunos defienden que este hecho es irrelevante, que cada revolución es diferente, que no existe un modelo aplicable a todos los casos, y otras cosas por el estilo. Hasta cierto punto es verdad. Toda revolución tiene sus propias características concretas que corresponden con condiciones determinadas diferentes, la correlación de fuerzas de clase, la historia y las tradiciones de los distintos países. Pero esta observación no agota la cuestión.

"La dictadura del proletariado"

Marx explicaba que los trabajadores no sólo deben controlar el viejo aparato del Estado y utilizarlo para cambiar la sociedad, desarrolló también su teoría del poder obrero en La guerra civil en Francia. Manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de Trabajadores 1871. ¿Cuál es la esencia de la teoría? Marx explicaba que el viejo Estado no podía servir como un instrumento para cambiar la sociedad. Debía ser destruido y sustituido por un nuevo poder estatal, un Estado obrero, que sería totalmente diferente de la vieja maquinaria estatal: "el poder estatal centralizado, con sus órganos omnipresentes de ejército permanente, policía, clero y judicatura". Sería un semi-estado, por utilizar una expresión de Marx, que prepararía su propia desaparición:

"La Comuna estaba formada por los consejeros municipales elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad. Eran responsables y revocables en todo momento. La mayoría de sus miembros eran, naturalmente, obreros o representantes reconocidos de la clase obrera. La Comuna no había de ser un organismo parlamentario, sino una corporación de trabajo, ejecutiva y legislativa al mismo tiempo. En vez de continuar siendo un instrumento del Gobierno central, la policía fue despojada inmediatamente de sus atributos políticos y convertida en instrumento de la Comuna, responsable ante ella y revocable en todo momento. Lo mismo se hizo con los funcionarios de las demás ramas de la administración. Desde los miembros de la Comuna para abajo, todos los servidores públicos debían recibir salarios de obreros. Los intereses creados y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los altos dignatarios mismos. Los cargos públicos dejaron de ser propiedad privada de los testaferros del Gobierno central. En manos de la Comuna se pusieron no solamente la administración municipal, sino toda la iniciativa ejercida hasta entonces por el Estado.

"Una vez suprimidos el ejército permanente y la policía, que eran los elementos de la fuerza física del antiguo Gobierno, la Comuna tomó medidas inmediatamente para destruir la fuerza espiritual de represión, el ‘poder de los curas", decretando la separación de la Iglesia y el Estado y la expropiación de todas las iglesias como corporaciones poseedoras. Los curas fueron devueltos al retiro de la vida privada, a vivir de las limosnas de los fieles, como sus antecesores, los apóstoles. Todas las instituciones de enseñanza fueron abiertas gratuitamente al pueblo y al mismo tiempo emancipadas de toda intromisión de la Iglesia y del Estado. Así, no sólo se ponía la enseñanza al alcance de todos, sino que la propia ciencia se redimía de las trabas a que la tenían sujeta los prejuicios de clase y el poder del Gobierno". (Carlos Marx. La Guerra Civil en Francia. Manifiesto del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores).

Estas ideas no guardan ninguna relación con el régimen totalitario burocrático de la Rusia estalinista donde el Estado era un monstruoso poder opresor situado por encima de la sociedad. Incluso la palabra "dictadura" en la época de Marx tenía una connotación totalmente diferente a la que hoy tiene. Después de la experiencia de Stalin, Hitler, Mussolini, Franco y Pinochet, la palabra dictadura significa campos de concentración, Gestapo y la KGB. Pero, en realidad, Marx tenía en mente la dictadura de la República Romana, mediante la cual en un estado de excepción (normalmente la guerra) los mecanismos habituales de la democracia temporalmente se suspendían y un dictador gobernaban durante un tiempo temporal con poderes excepcionales.

Lejos de un monstruo totalitario, la Comunica de París era una forma muy democrática de gobierno popular. Era un estado construido que pretendía desaparecer, un semi-estado, por utilizar la expresión de Engels. Lenin y los bolcheviques modelaron el estado soviético en las mismas líneas tras la Revolución de Octubre. Los trabajadores tomaron el poder a través de los soviets, que eran los órganos más democráticos de representación popular que se han inventado jamás.

A pesar de las terribles condiciones de atraso que existían en Rusia, la clase obrera disfrutaba de derechos democráticos. El programa del partido de 1919 especificaba lo siguiente: "todas las masas trabajadoras sin excepción deben ser inducidas a tomar parte en el trabajo de la administración del Estado". La dirección de la economía planificada principalmente estaba en manos de los sindicatos. Este documento fue traducido inmediatamente a todas las lenguas principales del mundo y distribuido ampliamente. Sin embargo, cuando llegaron las purgas de 1936 fue considerado un documento peligroso y todas las copias se eliminaron silenciosamente de todas las bibliotecas y librerías de la URSS.

En cualquier revolución donde el papel dirigente no lo juega la clase obrera sino otras fuerzas, inevitablemente fluyen determinadas situaciones. Siempre existe una tendencia a que el Estado se eleve por encima del resto de la sociedad e incluso que las personas más dedicadas puedan ser corrompidas o perder el contacto con las masas en determinadas circunstancias. Por esa razón Lenin planteó sus famosas cuatro condiciones para el poder obrero:

•1) Elecciones libres y democráticas con derecho a revocación de todos los funcionarios.
•2) Ningún funcionario puede recibir un salario superior al de un trabajador calificado.
•3) No al ejército permanente sino el pueblo en armas.
•4) Gradualmente, todas las tareas de administración de la sociedad deben ser hechas por todos a turnos (cuando todos son burócratas nadie es un burócrata).

Estas condiciones no eran un capricho o una idea arbitraria de Lenin. En una economía nacionalizada planificada es absolutamente necesario garantizar el máximo de participación de las masas en la dirección de la industria, la sociedad y el Estado. Sin eso, inevitablemente aparecerán tendencias hacia el burocratismo, la corrupción y la mala gestión, que, al final, pueden socavar y destruir la economía planificada desde dentro. Eso es lo que ocurrió en la URSS. Los puntos planteados por Lenin tienen importancia con relación a los acontecimientos en Cuba y en la propia evolución del Che.

Ministro revolucionario

El Che ocupó varios puestos en la administración revolucionaria. Trabajó en el Instituto Nacional de Reforma Agraria, y fue presidente del Banco Nacional de Cuba, donde firmaba los billetes con su apodo: "Che". En todo este período, Guevara, se negó a cobrar el salario oficial y recibió únicamente un salario modesto como comandante del ejército.

Este es un pequeño detalle que nos dice mucho sobre el hombre. Decía que lo hacía para dar "ejemplo revolucionario". En realidad, seguía la letra del principio establecido por Lenin en El Estado y la revolución, que ningún funcionario recibiera un salario superior al de un trabajador calificado. Era una medida antiburocrática. Lenin, como Marx, era bien consciente del peligro del Estado elevándose sobre la sociedad y que este peligro también existía en un estado obrero.

Tomando como punto de partida el análisis de Marx y Engels de la Comuna de París, Lenin planteó cuatro puntos clave para luchar contra la burocracia en un estado obrero en 1917 al que nos hemos referido anteriormente:

"Reduciremos a los funcionarios del Estado a ser simples ejecutores de nuestras directivas, ‘inspectores y contables" responsables, amovibles y modestamente retribuidos (en unión, naturalmente, de técnicos de todas clases, de todos los tipos y grados): he ahí nuestra tarea proletaria, he ahí por dónde se puede y se debe empezar al llevar a cabo la revolución proletaria". (Lenin. El Estado y la revolución).

Durante los primeros meses de gobierno soviético, el salario de un Comisario del Pueblo (incluido el mismo Lenin) sólo era dos veces el salario mínimo de subsistencia para un ciudadano corriente. En los siguientes años, los precios y el valor del rublo con frecuencia cambiaban muy rápidamente y los salarios se alteraban de acuerdo con estas subidas. Algunas veces, las cifras eran asombrosas, cientos de miles y millones de rublos. Pero incluso en esta condiciones, Lenin garantizó que la relación entre los salarios más bajos y los más altos en las organizaciones estatales no superaran el límite fijado, mientras vivió el diferencial parece que nunca fue superior a 1:5.

Por supuesto, en unas condiciones de atraso, se tuvieron que hacer muchas excepciones que representaban una amenaza de los principios de la Comuna de París. Para convencer a los "especialistas burgueses" (spetsy) y que trabajaran para el Estado soviético, era necesario pagarles salarios más elevados. Estas medidas eran necesarias hasta que la clase obrera creara a su propia intelectualidad. Además, se pagaban tipos especiales al "trabajador de choque" en ciertas categorías fabriles y oficinas.

Sin embargo, estos acuerdos no se aplicaban a los comunistas. Estaba prohibido estrictamente recibir más que un trabajador cualificado. Cualquier ingreso que recibieran y que superara esa cifra debía ser pagado al partido. El presidente del Consejo de Diputados del Pueblo recibía 500 rublos, comparables a los ingresos de un trabajador cualificado. Cuando el gerente del Consejo de Diputados del Pueblo, V. D. Bonch-Bruevich, pagó más a Lenin en mayo de 1918, recibió una "severa reprimenda" por parte de Lenin, que lo describió como un aumento "ilegal".

Debido al aislamiento de la revolución y la necesidad de emplear a especialistas y técnicos burgueses, el diferencial aumentó para estos trabajadores, que podían ganar un 50 por ciento más de lo que recibían los miembros del gobierno. Lenin denunció esta situación como una "concesión burguesa" que debería reducirse lo antes posible. No sólo en la teoría, sino también en la práctica, el Che siguió principios revolucionarios similares.

El Che contra el estalinismo

El Che Guevara era un revolucionario instintivo. Personalmente era incorruptible y detestaba la burocracia, el arribismo y los privilegios. Tenía la moralidad austera y puritana del luchador revolucionario. Por esa razón, le repelían las manifestaciones de burocracia y servilismo que observaba después del triunfo de la revolución.

El Che con frecuencia expresó opiniones contrarias a las posiciones oficiales del Partido Comunista de la Unión Soviética dirigido por Nikita Kruschev. Se opuso a la "teoría" de coexistencia pacífica, no le gustaba la actitud servil de algunos cubanos hacia Moscú y su ideología. Sobre todo, le repelían la burocracia, el arribismo y el privilegio. Sus visitas a Rusia y Europa del Este le conmocionaron y profundizaron su sentimiento de desilusión con el estalinismo. La burocracia, los privilegios y el conformismo asfixiante le disgustaban hasta lo más profundo de su ser.

Cada vez era más crítico con la Unión Soviética y sus dirigentes. Por eso, al principio, se inclinó hacia China en la disputa chino-soviética. Pero presentar al Che como un maoísta es hacerle una injusticia. No hay razón para creer que se hubiera sentido más cómodo en la China de Mao que en la Rusia de Kruschev. La razón por la que parece que se inclinó sobre Chino fue que los chinos criticaron la decisión de Moscú de retirar los misiles soviéticos de Cuba, un acto que el Che consideró una traición.

Es imposible llegar a una clasificación cuidadosa del Che Guevara, tenía un carácter complejo con un cerebro fértil que siempre a la búsqueda de la verdad. Los dogmas del estalinismo eran la antítesis absoluta de su forma de pensamiento. Rechazaba el servilismo burocrático y el conformismo, detestaba el privilegio de cualquier tipo. Estas ideas le convirtieron en objeto de sospecha para los dignatarios "comunistas" de Europa y el Bloque del Este. Los dirigentes estalinistas del Partido Comunista Francés eran particularmente hostiles con él e incluso lanzaron una campaña de calumnias contra el Che, describiéndole como un "aventurero pequeño burgués".

Ministro de Industria

Guevara más tarde sirvió como Ministro de Industria, en ese puesto tuvo que hacer frente a los problemas de la edificación de una economía socialista planificada en las condiciones difíciles que afrontaba la Revolución Cubana. Mi buen amigo y compañero León Ferrer, el veterano trotskista cubano, trabajó con el Che en el ministerio y mantuvo muchas discusiones con él sobre Trotsky y el trotskismo. Le dio libros de Trotsky para que los leyera y mostró interés en ellos. Pero había un punto que no entendía: "Trotsky escribe mucho sobre la burocracia, pero qué quiere decir", León se lo explicó lo mejor que pudo. Luego el Che le dijo: "Sí, creo que ya comprendo lo que quieres decir".

Al día siguiente, el Che y León se reunieron para cortar caña de azúcar en los campos. En medio de este trabajo agotador, León vio un gran coche negro que avanzaba lentamente por el campo. Se volvió al Che y le dijo: "Comandante, parece que tienes una visita". El Che miró sorprendido y vio la limusina. Después su cara mostró una sonrisa y le dijo a León: "¡Mira lo que va a pasar!"

El coche se detuvo y un funcionario sudoroso con saco y corbata se bajó y comenzó a caminar hacia el Che. Antes de pudiera abrir la boca el Che le gritó: "¿Qué hace aquí? ¡Fuera! ¡Aquí no queremos burócratas!" El funcionario avergonzado regresó al coche y el Che se volvió hacia León y le dijo con una sonrisa triunfal: "¡Ves!

Cuando el trotskista cubano fue detenido, el Che en persona intervino para garantizar su liberación. (Más tarde dijo que había sido un error). También propuso estudiar los escritos de León Trotsky, a quien consideraba como uno de los marxistas no ortodoxos. Esta actitud es muy diferente a la postura de los seguidores de Mao Tse Tung que describían a Trotsky como un contrarrevolucionario y enemigo del socialismo.

Estas ideas las expresó el Che Guevara en una carta a Armando Hart Dávalos, publicada en Cuba en diciembre de 1997 en Contracorriente Nº 9. La carta fue escrita en Dar-es-Salaam, Tanzania, el 4 de diciembre de 1965, durante la expedición africana del Che. En ella se expresa en términos muy críticos sobre la filosofía soviética y el seguidismo servil de algunos cubanos:

"En este largo período de vacaciones le metí la nariz a la filosofía, cosa que hace tiempo pensaba hacer. Me encontré con la primera dificultad: en Cuba no hay nada publicado, si excluimos los ladrillos soviéticos que tienen el inconveniente de no dejarte pensar; ya que el partido lo hizo por ti y tú debes digerir. Como método, es lo más antimarxista, pero además suelen ser muy malos.

"Si le das un vistazo a sus publicaciones [en Cuba] podrás ver la profusión de autores soviéticos y franceses que tiene. Esto se debe a comodidad en la obtención de traducciones y a seguidismo ideológico. Así no se da cultura marxista al pueblo, a lo más, divulgación marxista, lo que es necesario, si la divulgación es buena (no es este el caso), pero insuficiente".

Propone un plan extenso de formación política que incluye el estudio de las obras completas de Marx, Engels, Lenin, Stalin y "y otros grandes marxistas. Nadie ha leído nada de Rosa Luxemburgo, por ejemplo, quien comete errores en su crítica de Marx (tomo III) pero murió asesinada, y el instinto del imperialismo es superior al nuestro en estos aspectos. Faltan también pensadores marxistas que luego se salieron del carril, como Kautsky y Hilfering [el Che hace referencia al marxista austríaco Rudolf Hilferding] que hicieron aportes y muchos marxistas contemporáneos, no totalmente escolásticos".

Y añade en broma: "y debía estar tu amigo Trotsky, que existió y escribió, según parece". Su interés en las ideas de Trotsky aumentaba en el mismo grado que se desilusionaba con los regímenes burocráticos de Rusia y Europa del Este. El Che Guevara era un lector ávido y en su última campaña en Bolivia llevaba muchos libros con él. Entre ellos, significativamente, había libros de Trotsky: La revolución permanente e Historia de la Revolución Rusa.

Dadas las condiciones extremadamente difíciles de la guerra de guerrillas en las montañas y la jungla, un guerrillero sólo llevaba consigo lo que consideraba absolutamente necesario. Esta circunstancia nos dice mucho sobre el pensamiento del Che en esa época. No dudamos de que si hubiera vivido, habría girado hacia el trotskismo y, en realidad, ya lo estaba haciendo poco antes de que su vida se truncara.

La campaña contra el Che

El cuarenta aniversario del asesinato del Che Guevara ha sido la señal para una campaña ruidosa en su contra. Los ataques al Che no sólo proceden de la derecha. Hay ataques constantes de anarquistas, libertarios y todo tipo de "demócratas". Las críticas al Che de Regis Debray son particularmente desagradables, ese miserable renegado y cobarde, que jugó un papel pernicioso en la última campaña del Che en Bolivia y que más tarde se convirtió en reformista y asesor de Mitterand, ahora es un fiel servidor de la burguesía y el imperialismo.

Otros "intelectuales" como Jon Lee Anderson, que escribió un libro conocido sobre el Che, Jorge Castañeda y Octavio paz se han unido al coro de renegados y sinvergüenzas que compiten entre sí por "desmitificar" al Che, es decir, echar basura sobre su memoria. Esta desagradable campaña de calumnias cuenta con el apoyo de muchos en la "izquierda" de América Latina, lo que es sólo una indicación de la degeneración de la intelectualidad "democrática" en el período de decadencia senil del capitalismo.

El escritor Paul Breman, nos dice que el "culto moderno al Che" oscurece la obra de los disidentes y lo que él cree es una "lucha social tremenda" que actualmente se está realizando en Cuba. Sí hay una tremenda lucha social en Cuba, una lucha entre la revolución y la contrarrevolución, una lucha entre los que desean defender las conquistas de la revolución cubana y los que, bajo la falsa bandera de la "democracia" quieren arrastrar a Cuba hacia la esclavitud capitalista, como ya ha ocurrido en Rusia. En esta lucha no es posible ser neutral, y estos "intelectuales demócratas" se han puesto abiertamente al lado de la contrarrevolución capitalista.

Otro de estos sinvergüenzas, el autor Christopher Hitchens, que antes se consideraba socialista y seguidor de la Revolución Cubana, ahora, igual que muchos otros que antes pasaban como amigos de Cuba, ha cambiado de idea. Escribe lo siguiente sobre el legado del Che Guevara: "La figura como icono del Che quedó garantizada porque fracasó. Su historia fue la de la derrota y el aislamiento, y por eso resulta tan seductor. Si hubiera vivido, el mito del Che hace mucho que ya hubiese muerto”.

No, amigo mío, Che Guevara no ha muerto sino que está muy vivo, y será recordado mucho después de que toda esta tribu miserable de fariseos burgueses haya sido olvidada. Sí, el Che fue derrotado, pero al menos tuvo el coraje de intentar luchar, y es mil veces mejor intentar luchar y caer honorablemente en la batalla por una causa justa, que parlotear, quejarse y gimotear desde los márgenes de la historia y no hacer precisamente nada.

La cuestión de la violencia revolucionaria

La principal acusación contra el Che es que fue responsable de una represión brutal innecesaria. ¿Cuáles son los hechos? Después del derrocamiento, al Che Guevera se le asignó el papel de "fiscal supremo", supervisando los juicios y ejecuciones de cientos de criminales de guerra sospechosos del régimen anterior. Como comandante de la prisión de La Cabaña, supervisó el juicio y la ejecución de antiguos funcionarios del régimen de Batista y de miembros del "Buró para la Represión de las Actividades Comunistas" (una unidad policial secreta conocida por su acrónimo español BRAC). Esta fue la excusa para una serie de ataques violentos contra él por parte de los enemigos de la revolución. Hemos visto toda una serie de artículos con títulos que hacen referencia al Che como un "carnicero" y otras cosas por el estilo. En su libro sobre el Che, Jon Lee Anderson escribe:

"Durante todo enero, sospechosos criminales de guerra fueron capturados y llevados diariamente a La Cabaña. En su mayor parte, éstos no eran los altos secuaces del antiguo régimen, la mayoría había escapado antes de que los rebeldes asumieran el control de la ciudad y detenido el tráfico aéreo y marítimo, o permanecían escondidos en las embajadas. La mayoría eran diputados, buchones de la base y torturadores policiales. Los juicios comenzaban a los ocho o nueve de la noche, y con frecuencia, se llegaba a un veredicto a las dos o tres de la mañana. Duque de Estrada, cuya tarea era conseguir pruebas, tomar testimonios y reparar los juicios, también se sentaba con el Che, el ‘fiscal supremo", en el banco de apelación, donde el Che tomaba la decisión final sobre el destino de los hombres". (Anderson, Jon Lee. Che Guevara: A Revolutionary Live. Nueva York. 1997. Grove Press. pp. 386-387).

José Vilasuso, un fiscal que trabajó con Guevara, dijo que estos eran "procedimientos ilegales" donde "se juzgaban los hechos sin ninguna consideración con los principios judiciales generales". Vilasuso describía un proceso donde "las declaraciones del investigador constituían una prueba irrefutable de maldad" y donde "había parientes de las víctimas del régimen anterior que fueron nombrados como jurados del acusado".

Solón de Atenas, que escribió la Constitución ateniense y sabía algunas cosas sobre las leyes, dijo lo siguiente: "Las leyes son como las telas de araña: atrapan lo débil y lo ligero, y son deshechas y traspasadas por lo fuerte y lo poderoso". La ley nunca ha sido superior a los intereses de clase que hay detrás de ella. La burguesía se oculta detrás de la llamada imparcialidad de la ley para enmascarar la dictadura de los grandes bancos y monopolios. Cuando ya no conviene a sus intereses de clase, apartan a un lado estas leyes y ejercen abiertamente la dictadura.

Las personas que fueron ejecutadas en La Cabaña eran, como reconoce la cita anterior, conocidos seguidores de la dictadura de Batista que torturaron y asesinaron a muchas personas sin juicio, informadores que espiaban a la población y que fueron responsables de su encarcelamiento, tortura y muerte, y los propios torturadores. Estas personas son las que fueron llevadas ante los pelotones revolucionarios. ¿Se supone que debemos levantar con horror las manos por esto? ¿Se supone que debemos conmocionarnos cuando la revolución ajusta las cuentas con sus enemigos?

Los mismos fariseos de clase media que gimotean por estas ejecuciones son los que apoyan la "reconciliación y paz" en lugares como Chile, Argentina o Sudáfrica. Son los autores de la obscena farsa de "comisiones de la verdad" donde los asesinos y los torturadores se reúnen cara a cara con sus víctimas, con las viudas y huérfanos, con personas que sufrieron torturas indescriptibles o años de prisión por sus ideas. Al final, se supone que deben reconciliarse y estar "en paz". Sí, ¿y cuántos otros están "en paz" en fosas anónimas o en el fondo del Río de la Plata con las manos mutiladas?

Esta paz y reconciliación no es otra cosa que un engaño cruel y las llamadas comisiones de la verdad una evasión cobarde de la verdad: nunca puede haber paz y reconciliación entre los asesinos y los torturadores con sus víctimas, que piden justicia incluso desde la tumba. Es absolutamente intolerable que hoy conocidos asesinos y torturadores caminen por las calles de Santiago, Buenos Aires y Johannesburgo, y sus víctimas obligadas a vivir con este hecho. En España, los reformistas y los estalinistas suscribieron un vergonzoso fraude llamado "transición". Los carniceros fascistas responsables de la muerte de más de un millón de personas quedaron sin castigo por ello. Los reformistas en Chile y en otras partes siguieron este ejemplo.

¿Es algo bueno permitir a Pinochet morir tranquilamente de viejo en su cama? ¿No habría sido más justo que este carnicero de masas hubiese sido juzgado por las familias de sus víctimas? Los fariseos dicen ¡una violación de los principios de la legalidad! Nosotros respondemos: ¡un acto de justicia revolucionaria! Predicar el amor y la reconciliación en medio de la lucha de clases es una forma de crimen, siempre se espera que el débil y el indefenso muestren amor y olvido, mientras que el rico y el poderoso siempre escapan a las consecuencias de sus crímenes.

El Che Guevara fue un ser humanitario que tenía un profundo amor por los pobres y los oprimidos y, por consiguiente, sentía un profundo odio hacia los opresores y explotadores. Escribió lo siguiente:

"El odio es un elemento de lucha, el odio implacable del enemigo que nos impulsa a ir más allá de los límites naturales de los hombres y transformarnos en máquinas efectivas, violentas, selectivas y asesinos fríos. Nuestros soldados deben ser así, una persona sin odio no puede derrotar a un enemigo brutal".

¿Palabras crueles? Sí, pero la lucha de clases es cruel y las consecuencias de la derrota son mortíferas. Cuba está sólo a 90 millas de la nación imperialista más poderosa de la tierra. Poco después de estos acontecimientos el imperialismo norteamericano organizó una invasión con la ayuda de los agentes de Batista que el Che no consiguió llevar ante los pelotones de fusilamiento.

La hipocresía de los imperialistas

Los ataques de los enemigos de la revolución están motivados por el rencor y la hipocresía. Una revolución tiene que defenderse de sus enemigos, tanto internos como externos. Una revolución, que por su propia naturaleza derriba todas las viejas leyes, reglas y regulaciones, no puede esperarse que opere bajo la base de la legalidad burguesa. Tiene que inventar nuevas leyes y una nueva legalidad, y la única ley que conoce es la inventada hace mucho por Cicerón: salus populi suprema lex est (la salvación del pueblo es la ley suprema). Para los revolucionarios, la salvación de la revolución es la ley suprema. La idea de que una revolución debe bailar el minueto de la legalidad burguesa es sólo una estupidez.

A lo largo de la historia, ha habido muchos levantamientos de los oprimidos desamparados contra sus amos. Los anales de la historia humana están llenos de rebeliones esclavas derrotadas y tragedias similares. En cada caso, encontramos que los esclavos fueron derrotados porque no mostraron suficiente determinación y fueron demasiado suaves y confiados, mientras que la clase dominante siempre está dispuesta a emplear los métodos más brutales y sangrientos para mantener su dominio de clase.

La historia está repleta de ejemplos de la brutalidad de la clase dominante. Después de la derrota de Espartaco, los romanos crucificaron a miles de esclavos a lo largo de la Vía Apia. En junio de 1848, el general Cavaignac había prometido perdón y masacró a los trabajadores de París. El burgués Thiers había jurado la ley y dio al ejército carta blanca para la masacre de obreros que participaron en la Comuna de París en 1871. Después de la derrota de la Comuna, los carniceros de Versalles se vengaron de manera terrible de los proletarios de París. Lissagaray (Historia de la Comuna de París de 1871) escribe lo siguiente:

"Las masacres masivas duraron hasta los primeros días de junio y las ejecuciones sumarísimas hasta mediados de ese mes. Durante un largo período, en el Bois de Boulogne se representaban dramas misteriosos. Nunca se conocerán el número exacto de víctimas de la Semana Sangrienta. El jefe de la justicia militar admitió 17.000 ejecutados, el consejo municipal de París pagó los gastos de enterramiento de 17.000 cadáveres, pero un gran número fueron asesinados fuera de París o quemados. No es una exageración decir que por lo menos fueron 20.000.

"Muchos campos de batalla han registrado más muertes, pero al menos éstos han caído en el fragor del combate. El siglo no ha presenciado una carnicería de esta magnitud después de la batalla, no hay nada igual en a historia de nuestras guerras civiles. El día de San Bartolomé, junio de 1848, el 2 de diciembre, formarían sino un episodio de las masacres de mayo. Incluso los grandes ejecutadores de Roma y de los tiempos modernos palidecen ante el Duque de Magenta. Las hecatombes de las victorias asiáticas, sólo las fiestas de Dahomey podrían dar alguna idea de esta matanza de proletarios".

Hay otros muchos más ejemplos recientes. Después del derrocamiento del gobierno elegido democráticamente de Arbenz, los gobernantes de Guatemala desataron una guerra genocida sangrienta contra su propio pueblo con la ayuda de la CIA. Pinochet asesinó y torturó a decenas de miles. En Argentina, con la Junta hubo una gran carnicería. En el caso de Cuba, el títere norteamericano Batista, asesinó y torturó a innumerables opositores.

Todo forma parte del registro histórico. Los llamados demócratas en EEUU y en la Unión Europea pretenden estar conmocionados ante la violencia revolucionaria de la Revolución Cubana contra sus enemigos, pero estas mismas personas están dispuestas a cerrar los ojos ante los crímenes de los déspotas contrarrevolucionarios que eran amigos del imperialismo norteamericano. Como dijo el presidente Franklin D. Roosevelt sobre el dictador nicaragüense Somoza: "Es un hipo de puta, pero es nuestro hijo de puta".

Bahía de Cochinos

La burguesía aborda la cuestión de la violencia desde un punto de vista de clase y práctico. La clase obrera también debería hacerlo. La idea de que es posible derrotar al enemigo de clase dándoles lecciones de moralidad es algo ingenuo e insensato. La verdadera razón de los lamentos hipócritas de escándalo moral contra las revoluciones cubana (y rusa) es que aquí al menos los esclavos lucharon contra los esclavistas, pero ganaron.

Al principio, Castro no planteó una perspectiva socialista y no nacionalizó nada. El Che, por otro lado, insistía en que la revolución cubana debía ser una revolución socialista. La revolución pronto entró en conflicto con el imperialismo estadounidense, que intentó sabotear sus intentos de poner en práctica la reforma agraria y otras medidas destinadas a mejorar las condiciones de vida de las masas. Las grandes empresas norteamericanas intentaron sabotear la economía cubana. Castro respondió con la nacionalización de toda la propiedad estadounidense en Cuba. La revolución cruzó el Rubicón. Había expropiado a los terratenientes y capitalistas, colisionado con Washington.

Era la confirmación absoluta de la teoría de la revolución permanente de Trotsky, una teoría en la que estaba interesado el Che y se llevó con él una copia del libro en su última expedición a Bolivia. Trotsky explica que en las condiciones modernas, las tareas de la revolución democrático burguesa en los países coloniales y ex - coloniales no las puede realizar la burguesía, que sólo se pueden conseguir a través de la expropiación de los terratenientes y capitalistas, y con el comienzo de la transformación socialista de la sociedad.

Los "demócratas" imperialistas respondieron organizando una invasión de Cuba. La CIA armó y entrenó a mercenarios cubanos, dispuestos a efectuar el derrocamiento violento del gobierno revolucionario. La revolución se defendió, movilizando y armando a los trabajadores y campesinos. Las fuerzas imperialistas fueron derrotadas en la Bahía de Cochinos, era la primera vez que el imperialismo sufría una derrota militar en América Latina. La revolución había triunfado.

Si los reaccionarios hubieran conseguido recuperar el poder, ¿qué habrían hecho? ¿Habrían invitado a los trabajadores y campesinos cubanos a unirse con ellos en una celebración universal de hermandad y reconciliación? ¿Habrían creado una comisión de la verdad e invitado al Che y Fidel Castro a participar? Habrían llenado no una Cabaña, sino cien, con sus víctimas. Sólo un ciego no comprendería este hecho, pero no hay más ciego que el que no quiere ver.

El Che y la revolución mundial

La Revolución Cubana estaba en peligro. ¿Cómo podía salvarse? El Che Guevara tenía la idea correcta, y se encaminaba en la dirección correcta antes de que su joven vida acabara de manera brutal. Se opuso radicalmente a la burocracia, la corrupción y los privilegios, que hoy son la mayor amenaza para la Revolución Cubana y, si no se corrigen, prepararán el camino para la restauración capitalista. Sobre todo, comprendía que la única manera de preservar la Revolución Cubana era extendiendo la revolución socialista al resto del mundo, comenzando por América Latina.

Sus discursos contra la burocracia y sus críticas a la Unión Soviética eran más abiertos en la medida que crecía la influencia de la Unión Soviética en Cuba. En general, cada vez era más escéptico con la Unión Soviética. Públicamente, acusó a Moscú de traicionar la revolución colonial. En febrero de 1965, el Che pronunció un famoso discurso en el Segundo Seminario Económico sobre Solidaridad Afro-asiática en Argel, en la que sería su última aparición en la escena internacional. En el curso de su discurso declaró:

"No hay fronteras en esta lucha a muerte. No podemos permanecer indiferentes frente a lo que ocurre en cualquier parte del mundo. Una victoria en cualquier país contra el imperialismo es nuestra victoria, como una derrota en un país es nuestra derrota". Y continúa: "Los países socialistas tienen el deber moral de liquidar su complicidad tácita con los países explotadores de Occidente".

Era una condena muy explícita de la política de coexistencia pacífica aplicada por Moscú. Consideraba que la retirada de los misiles soviéticos del territorio cubano sin consultar a Castro era una traición. Apoyó de forma entusiasta al pueblo vietnamita en su guerra de liberación contra el imperialismo norteamericano. Llamó a los pueblos oprimidos de otros países a que tomaran las armas y crearan "cien Vietnam". Estas palabras horrorizaban a Kruschev y a la burocracia moscovita.

En su mente maduraba lentamente la idea de que la única forma de salvar la revolución cubana era extiendo la revolución a escala mundial. Esta idea era fundamentalmente correcta. El aislamiento de la Revolución Cubana era la mayor amenaza para su supervivencia. El Che no era un hombre que siguiera una idea para dejarla sobre el papel, decidió ponerla en acción. El Che Guevara abandonó Cuba en 1965 para participar en las luchas revolucionarias en África. Primero fue a Congo-Kinshasa, aunque su paradero permaneció en secreto durante los dos años siguientes.

El Che escribió una carta en la que reafirmaba su solidaridad con la Revolución Cubana pero declaró su intención de abandonar Cuba e ir al extranjero a luchar por la causa de la revolución. Decía lo siguiente: "Otras naciones del mundo requieren mis modestos servicios" y, por tanto, decidió ir y luchar como un guerrillero "en nuevos campos de batalla". Para no perjudicar al gobierno cubano y dar excusas a los imperialistas para que atacaran Cuba, anunció su dimisión de todos sus cargos en el gobierno, en el partido y en las fuerzas armadas, renunció a su ciudadanía cubana que le había sido concedida en 1959 como reconocimiento a sus esfuerzos en nombre de la revolución.

"Esta es la historia de un fracaso"

En aquel momento África estaba en una situación de fermento. Los colonialistas franceses habían sido expulsados de Argelia y los imperialistas belgas habían tenido que abandonar el Congo. Pero los imperialistas estaban organizando una acción obstinada en la retaguardia en alianza con el régimen del apartheid sudafricano y elementos reaccionarios de diferentes países. En juego estaba la inmensa riqueza mineral de África, también era el principal campo de batalla entre la Unión Soviética y EEUU.

El Che llegó a la conclusión de que ese era el mejor lugar para luchar. Ben Bella, presidente de Argelia, había mantenido discusiones con Guevara y dijo: "La situación que domina África, que parecía tener un enorme potencial revolucionario, hizo que el Che llegara a la conclusión de que África era el eslabón débil del imperialismo. Decidió que debía dedicar sus esfuerzos a África".

El Congo acababa de conseguir la independencia, los imperialistas belgas y franceses sabotearon el gobierno de izquierda de Patrice Lumumba creando un caos que sirviera de pretexto para una intervención militar. Con la colaboración activa de la CIA, los reaccionarios encabezados por Mobutu asesinaron a Lumumba y tomaron el poder en Leopoldville (Kinshasa). Los seguidores de Lumumba iniciaron una guerra de guerrillas. La operación cubana se llevó a cabo con el apoyo de los rebeldes al mando de Laurent Kabila. De modo asombroso, Guevara a sus 37 años de edad no tenía una formación miltar formal (su asma le impidió cumplir el servicio militar en Argentina), pero tenía la experiencia de la Revolución Cubana y eso era suficiente. De la misma forma, Trotsky tampoco tenía formación militar cuando formó el Ejército Rojo, pero los soldados rojos, armados con el fervor revolucionario, derrotaron a los ejércitos extranjeros lanzados contra ellos.

Napoleón dijo hace mucho que en la guerra la moral siempre es el factor decisivo. Sin embargo, el Che rápidamente se desilusionó de sus aliados congoleños. Tenía poca consideración por la capacidad de Kabila. "Nada me hace creer que es el hombre de la hora" escribía. Los revolucionarios rusos y cubanos luchaban por una causa en la que creían. Pero en el Congo, la lucha antiimperialista se mezclaba con las divisiones tribales, ambiciones personales y corrupción. Este hecho se pudo ver en los acontecimientos posteriores. En mayo de 1997, Laurent Kabila derrocó a Mobutu y se convirtió en presidente de la República Democrática de El Congo. En ese puesto, en el que estuvo hasta su asesinato en 2001, se comportó como un tirano corrupto. Fue sucedido en la presidencia por su hijo, igualmente corrupto, Joseph Kabila.

La CIA y los mercenarios sudafricanos trabajaban con las fuerzas de Mobutu para derrotar a los rebeldes. Pronto se dieron cuenta de que luchaban contra un enemigo muy serio, aunque al principio no conocían la presencia del Che. Sin embargo, la CIA alerto de su presencia a los sudafricanos. En Diario de El Congo, el Che habla de la incompetencia, estupidez y luchas internas en las fuerzas congoleñas locales. Esa fue la principal razón del fracaso de la revuelta, sin la ayuda cubana habría sido derrotada mucho antes.

Después de siete meses de frustraciones, sufriendo de asma, disentería y desilusionado con sus aliados, el Che abandonó el Congo con los supervivientes de su fuerza de afro-cubanos. Más tarde, cuando escribía sobre su misión en el Congo, declaró con amargura: "Es la historia de un fracaso".

Bolivia

Después del fracaso en África, el Che decidió intentar abrir un nuevo frente revolucionario en América Latina. Parece que eligió Bolivia por su situación estratégica, un país fronterizo con varios países importantes, incluido Argentina. Adoptó el disfraz de un empresario uruguayo con gafas gruesas y cabeza rapada. Era tan perfecto que cuando dio el adiós final a su pequeña hija ella no lo reconoció. Sin embargo, no era tan fácil engañar a los imperialistas.

El Che cometió un error al intentar organizar una guerra de guerrillas en Bolivia, un país con una poderosa clase obrera con grandes tradiciones revolucionarias. Calculó mal en varios de los terrenos. Esperaba enfrentarse a un ejército boliviano escasamente formado y equipado. Pero, como ya hemos señalado, los imperialistas aprendieron la lección en Cuba y estaban preparados. El Che murió sólo once meses después del inicio de la operación guerrillera. Sólo cinco hombres consiguieron escapar de la trampa preparada para ellos por el ejército boliviano y sus "asesores" norteamericanos.

Leer hoy el Diario de Bolivia del Che es una experiencia conmovedora y trágica. Los sufrimientos físicos y mentales de este pequeño grupo de hombres son indescriptibles. Su destino final es desgarrador. Estableció su base en la jungla de la remota región de Ñancahuazú. Pero construir un ejército guerrillero en estas condiciones demostró ser extremadamente difícil, como muestra su diario boliviano. Comenzar la revolución en las junglas de Bolivia era desde el principio una aventura imposible. La fuerza guerrillera era aproximadamente era sólo de unos cincuenta. Sufrieron unas enormes dificultades a la hora de reclutar entre la población local, que ni siquiera hablaba español. Las guerrillas habían aprendido quechua, pero el idioma local era el tupí-guaraní.

A pesar de todo, las guerrillas demostraron un tremendo valor y determinación, consiguieron varios éxitos tempranos contra los soldados regulares bolivianos en las montañas de Camiri. Sin embargo, en septiembre, el ejército consiguió eliminar a dos grupos guerrilleros, asesinando a uno de los dirigentes. Desde este momento, luchaban una batalla que estaba perdida de antemano. Además, según seguía la campaña, la salud del Che se deterioraba. Sufría unos ataques de asma severos y debilitantes.

Las autoridades bolivianas finalmente alertadas sobre la presencia de Guevara cuando las fotografías tomadas por los rebeldes cayeron en sus manos tras un enfrentamiento con el ejército boliviano en marzo de 1967. Dicen que después de verlas, el presidente boliviano René Barrientos exclamó que quería la cabeza de Guevara en una pica en el centro de La Paz. Aquí tenemos una auténtica expresión del pacifismo humanitario de la burguesía: las mismas personas que critican a los revolucionarios por la violencia.

A pesar de los intentos de presentarle como un monstruo sanguinario (¿qué dirigente revolucionario no ha sido presentado así?), el Che en realidad era una persona muy humanitaria. En un pasaje conmovedor de su Diario de Bolivia, recuerda el momento en que pudo disparar a un joven soldado pero le fue imposible apretar el gatillo.

¡Esta no es la conducta de un hombre cruel y sanguinario! El Che personalmente dio tratamiento médico a los soldados bolivianos heridos hechos prisioneros por las guerrillas y después los dejaba libres. Este comportamiento humano contrasta con el tratamiento brutal que él mismo recibió cuando cayó en manos del ejército boliviano. Incluso se dice que, cuando fue capturado, se ofreció a tratar a algunos soldados bolivianos heridos en combate. El oficial boliviano al cargo rechazó este ofrecimiento.

Traición estalinista

Los hombres del Che se enfrentaron a innumerables obstáculos, no sólo el idioma, el clima (casi siempre llovía) y el terreno. Bajo la dirección pro-estalinista de Moscú, Mario Monje, dirigente del Partido Comunista Boliviano, era tremendamente hostil a Guevara y le molestaba su presencia en Bolivia. Los estalinistas bolivianos se negaron a cumplir sus compromisos con las guerrillas, decían que no existían condiciones para iniciar una ofensiva revolucionaria en Bolivia. Fidel Castro, en su introducción al Diario de Bolivia del Che, respondía muy bien a esta idea:

"Es notable, como se verá en el Diario, que uno de esos especímenes revolucionarios que ya van siendo típicos en América Latina, Mario Monje, esgrimiendo el título de Secretario del Partido Comunista de Bolivia, pretendió discutirle al Che la jefatura política y militar del movimiento. Y puesto que alegó, además, el propósito de renunciar previamente para ello a su cargo partidista, a su juicio, por lo visto, le bastaba el título de haberlo sido para reclamar tal prerrogativa.

"Mario Monje, por supuesto, no tenía ninguna experiencia guerrillera ni había librado jamás un combate, sin que por otro lado su autoconceptuación de comunista lo obligase siquiera a prescindir del grosero y mundano chauvinismo que ya habían logrado superar los próceres que lucharon por la primera independencia.

"Con semejante concepto de lo que debe ser la lucha antiimperialista en este continente, tales ‘jefes comunistas" no han rebasado siquiera el nivel internacionalista de las tribus aborígenes que sojuzgaron los colonizadores europeos en la época de la conquista.

"Así, el jefe del Partido Comunista de un país que se llama Bolivia, y su capital histórica, Sucre, en honor de sus primeros libertadores que eran venezolanos uno y otro, que tuvo la posibilidad de contar para la definitiva liberación de su pueblo con la cooperación del talento político, organizador y militar de un verdadero titán revolucionario, cuya causa por demás no se limitaba a las fronteras estrechas, artificiales e incluso injustas de ese país, no hizo otra cosa que entrar en vergonzosos, ridículos e inmerecidos reclamos de mando". (Ernesto Che Guevara. Diario de Bolivia. Una introducción necesaria por Fidel Castro). Y Castro continúa con su devastadora acusación de Monje y los dirigentes del PC boliviano:

"Pero Monje, no satisfecho del resultado, se dedicó a sabotear el movimiento, interceptando en La Paz a militantes comunistas bien entrenados que iban a unirse a las guerrillas. Estos hechos demuestran cómo existen en las filas revolucionarias hombres bien dotados de todas las condiciones necesarias para la lucha, cuyo desarrollo es criminalmente frustrado por dirigentes incapaces, charlatanes y maniobreros". (Ibíd.,).

"A finales de enero el Che escribía en su diario: "Como lo esperaba, la actitud de Monje fue evasiva en el primer momento y traidora después.
"Ya el partido está haciendo armas contra nosotros y no sé donde llegará, pero eso no nos frenará y quizás, a la larga, sea beneficioso (casi estoy seguro de ello). La gente más honesta y combativa estará con nosotros, aunque pasen por crisis de conciencia más o menos graves.
"Guevara, hasta ahora, ha respondido bien. Veremos cómo se portan él y su gente en el futuro.
"Tania partió pero los argentinos no han dado señales de vida, ni ella tampoco. Ahora comienza la etapa propiamente guerrillera y probaremos la tropa; el tiempo dirá qué da y cuales son las perspectivas de la revolución boliviana.
"De todo lo previsto, lo que más lentamente anduvo fue la incorporación de combatientes bolivianos". (Ibíd.,).

Aquellos militantes del partido que se unieron o apoyaron al Che Guevara lo hicieron en contra de los deseos de la dirección del partido. El Diario de Bolivia del Che, muestra cómo los problemas con el Partido Comunista Boliviano llevaron a que las guerrillas tuvieran una fuerza significativamente más pequeña de lo que al principio se pensaba. Este hecho supuso un golpe mortal para las oportunidades de éxito de la guerrilla.

Regis Debray

Un papel lamentable en toda esta situación lo jugó Regis Debray, un hombre que posteriormente hizo carrera explotando su supuesta relación con el Che Guevara. Con frecuencia se afirma que él "luchó con el Che en Bolivia" y que fue "camarada del Che". Es completamente falso. Debray nunca luchó y, en realidad, provocó serios problemas a las guerrillas. El Che le consideraba un intelectual pequeño burgués con merecido desprecio. Su diario contiene frecuentes referencias a esta "compañía de ruta" no bienvenida, y ninguna de ellas es halagadora.

Debray y el pintor argentino Ciro Bustos, aparecieron en el campamento del Che como turistas revolucionarios y no provocaron nada más que problemas. Se supone que ayudarían a desarrollar los contactos con el mundo exterior. Al final, consiguieron hacer mucha publicidad de sí mismos a costa de las guerrillas. El diario demuestra que el Che sospechó de Debray desde el principio: "El francés planteó con demasiada vehemencia lo útil que podría ser fuera". (Ibíd.,).

Las sospechas del Che pronto estuvieron justificadas. Incapaz de tolerar las duras condiciones insistieron al Che que les permitiera salir. Pronto fueron capturados por el ejército y le dieron información de un valor incalculable para la caza de los rebeldes. Bustos traicionó a las guerrillas y se convirtió en un vulgar informador. Incluso entregó fotografía para que el ejército pudiera reconocerlos. El juicio a Regis Debray atrajo la atención de los medios de comunicación mundiales, pero desvió la atención de las guerrillas que eran las que realmente estaban luchando. Este juicio sin duda avergonzó al gobierno boliviano, pero también endureció su actitud hacia las guerrillas. Es posible que una de las razones por las que Barrientos decidió asesinar a Guevara fuera el evitar una repetición del circo mediático que provocó este juicio.

El capítulo final

Barrientos ordenó al ejército boliviano capturar a Guevara. Pero sólo seguía las órdenes de sus jefes en Washington, que hacía mucho habían puesto precio a la cabeza de su enemigo más odiado. Tan pronto como Washington descubrió su localización, enviaron a la CIA y a las fuerzas especiales a Bolivia que se encargaron de la operación.

Los asesores norteamericanos llegaron el 29 de abril y formaron un programa de entrenamiento contra la insurgencia que duraba 19 semanas para el 2º Regimiento de Exploradores bolivianos. El curso intensivo incluía formación en armamento, combate individual, tácticas de pelotón y escuadrón, patrulla y contrainsurgencia. El ejército boliviano fue entrenado y armado por asesores norteamericanos y las fuerzas especiales. Incluía también el recién creado batallón de exploradores con formación especial en operaciones en la selva.

Desde finales de septiembre, el enemigo seguía sus pasos. Las fuerzas especiales bolivianas fueron avisadas por un informador de la localización del campamento guerrillero de Guevara. Lo rodearon el 8 de octubre y el Che fue capturado después de una breve escaramuza. Cuando las fuerzas bolivianas se acercaron a él, se supone que gritó: "¡No disparéis! Soy el Che Guevara y se supone que valgo más vivo que muerto". Con estas palabras sólo pretenden presentarle como un cobarde. Es otra de las calumnias utilizadas por los reaccionarios para intentar ennegrecer la memoria de este hombre, que siempre demostró un gran valor y absoluta indiferencia hacia su seguridad personal.

Barrientos no perdió el tiempo y ordenó la ejecución del Che Guevara. Emitió la orden tan pronto como fue informado de su captura. No quería malgastar el tiempo en sutilizas legales. Lo hizo con pleno conocimiento y consentimiento de los "demócratas" de Washington. Ninguno de ellos quería correr el riesgo de un juicio donde el Che Guevara pudiera defenderse y, como sería inevitable, pasara a la contraofensiva, denunciando las injusticias sociales que justificaban su lucha. ¡No! Esta voz debía ser silenciada de una vez por todas.

En enero de 1919, en Berlín, los Junkers (oficiales reaccionarios) capturaron a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, tampoco tenían intención de permitirles llegar a un tribunal. No consultaron su libro de leyes antes de aplastar sus cabezas. El Che Guevara fue llevado a una escuela en ruinas en la aldea cercada de La Higuera, donde permaneció prisionero toda la noche. ¡Qué pensamientos pasarían por su cabeza en esa última noche terrible cuando estaba solo como un cordero entre lobos hambrientos! ¡Solo y aislado del mundo, de su familia, amigos y compañeros, esperando el amanecer y la muerte inevitable!

A primera hora de la mañana sacaron al Che Guevara de la escuela. A la 1,10 de la tarde del 9 de octubre de 1967 fue ejecutado por Mario Terán, un sargento del ejército boliviano. Para intentar ocultar que había sido ejecutado a sangre fría, recibió múltiples disparos en las piernas para simular heridas de combate. Antes de su ejecución dijo lo siguiente al verdugo: "Sé que estás aquí para matarme. Dispara cobarde, sólo vas a matar a un hombre". Esta es la voz del verdadero Che Guevara, no la de un cobarde suplicando por su vida.

El cadáver fue atado a los patines de aterrizaje de un helicóptero y llevado a la vecina Vallegrande, donde fue colocado sobre una pileta para lavar ropa del hospital local, y expuesto para que los caballeros de la prensa lo fotografiaran. En un acto macabro de profanación, un médico militar le amputó las manos, oficiales del ejército boliviano trasladaron el cadáver de Guevara a un lugar desconocido.

El hombre que dirigió la búsqueda de Guevara fue Félix Rodríguez, un agente de la CIA infiltrado en Cuba para preparar una insurrección contra Castro que coincidiera con la invasión de Bahía de Cochinos. Fue Rodríguez el que informó a sus amos en Washington y Virginia de la muerte del Che. Como un vulgar ladrón, le quitó al Che su reloj Rolex y otros objetos personales que después mostraba a los reporteros mientras fanfarroneaba con sus proezas. El nombre de Félix Rodríguez entrará en los anales de la historia marcado por la infamia. Pero la memoria del hombre a quién asesinó cruelmente, vivirá para siempre como un adalid de los pobres y oprimidos, un luchador, un héroe revolucionario y un mártir por la causa del socialismo mundial.

La cuestión de la guerra de guerrillas

Como cualquier persona, el Che tenía su lado fuerte y su lado débil. Sin duda cometió un error al intentar presentar el modelo cubano de guerra de guerrillas como una táctica de aplicación general. Los marxistas siempre hemos concebido la guerra campesina como un auxiliar de los trabajadores en la lucha por el poder. Esa postura fue desarrollada primero por Marx durante la revolución alemana de 1848, cuando defendía que la revolución alemana sólo podría triunfar como una segunda edición de la guerra campesina. Es decir, el movimiento de los trabajadores en las ciudades tendría que arrastrar tras de sí a las masas campesinas.

No es correcto decir que esta postura sólo se aplica a los países capitalistas desarrollados. En Rusia, antes de la revolución, la clase obrera industrial no representaba a más del 10 por ciento de la población, pero Lenin y los bolcheviques siempre defendieron que la clase obrera debía situarse al frente de la nación y dirigir a las masas campesinas y demás sectores oprimidos. El proletariado jugó el papel dirigente en la revolución rusa, arrastrando a los millones de campesinos pobres, el aliado natural del proletariado.

La única clase capaz de dirigir una revolución socialista victoriosa es la clase obrera. No por razones sentimentales, sino debido al lugar que ocupan en la sociedad y el carácter colectivo de su papel en la producción. En los escritos de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, no se puede encontrar ninguna referencia o insinuación a la posibilidad de que el campesinado lleve a cabo una revolución socialista. La razón es la extrema heterogeneidad del campesinado como clase. Está dividida en muchas capas, desde los trabajadores agrícolas sin tierra (en realidad proletarios rurales) a los campesinos ricos que emplean a otros campesinos como asalariados. No tienen un interés común y, por tanto, no pueden jugar un papel independiente en la sociedad. Históricamente, han apoyado a diferentes grupos o clases en las ciudades.

Por su propia naturaleza, la guerra de guerrillas es el arma clásica del campesinado, no de la clase obrera. Es adecuada para las condiciones de lucha armada en zonas rurales inaccesibles, montañas, jungla, etc., donde la dificultad del terreno hace complicado el despliegue de tropas regulares y donde el apoyo de las masas rurales suministra el apoyo logístico necesario y encubre a las guerrillas.

En el transcurso de la revolución en un país atrasado con una población campesina considerable, la guerra de guerrillas puede actuar como un arma auxiliar útil para la lucha de los trabajadores en las ciudades. Pero a Lenin nunca se le ocurrió defender la idea del guerrillerismo como un sustituto del movimiento consciente de la clase obrera. Las tácticas guerrilleras, desde un punto de vista marxista, sólo son permisibles como una parte subordinada y auxiliar de la revolución socialista.

Esa fue precisamente la postura de Lenin en 1905. No tenía nada en común con el tipo de tácticas terroristas individuales puestas en práctica por Narodnaya Volya y sus herederos, el Partido Socialista Revolucionario, con tácticas aún más locas del terrorismo moderno y las organizaciones de "guerrilla urbana" que son la antítesis de una verdadera política leninista. Lenin insistía en que la lucha armada debe ser parte del movimiento revolucionario de masas y especificaba las condiciones en que era permisible:

"1) Tener en cuenta el estado de ánimo de las grandes masas; 2) Tomar en consideración las condiciones del movimiento obrero local; 3) Preocuparse de no gastar inútilmente las fuerzas del proletariado".

Y también dejaba claro que, lejos de ser una panacea, la guerra de guerrillas "es una forma inevitable de lucha en un momento en que el movimiento de masas ha llegado ya realmente a la insurrección". (Lenin. La guerra de guerrillas. 30 de septiembre de 1906).

El peligro de degeneración inherente a tal actividad queda absolutamente en evidencia cuando los grupos guerrilleros se quedan aislados del movimiento de masas. En el período que siguió a 1906, cuando el movimiento de trabajadores entró en declive y los revolucionarios sufrieron toda una serie de golpes, las organizaciones guerrilleras mostraron cada vez más signos de que habían dejado de ser un órgano auxiliar útil del partido revolucionario, para transformarse en grupos de aventureros, o aún peor. Incluso aunque defendían la posibilidad de tácticas guerrillas como una especie de acto de retaguardia contra la reacción en un momento en que él esperaba aún que el movimiento revolucionario se reactivara, Lenin avisó contra el "anarquismo, blanquismo, el antiguo terrorismo, actos de individuos aislados de las masas que desmoralizan a los obreros, que apartan de ellos a los amplios círculos de la población, desorganizan el movimiento y perjudican a la revolución", añadía además que "en los hechos comunicados todos los días por los periódicos se encuentran, sin dificultad, ejemplos para confirmar este juicio". (Ibíd.,).

En el período de 1905 a 1906, el movimiento revolucionario incluía un elemento de "guerra de guerrillas", con destacamentos guerrilleros, expropiaciones armadas y otras formas de lucha armada. Pero los escuadrones de lucha siempre estaban estrechamente unidos a las organizaciones obreras. Por ejemplo, el comité militar de Moscú incluía no sólo a militantes del RSDLP, sino también a social-revolucionarios, sindicalistas (impresores) y estudiantes. Como hemos visto, los grupos guerrilleros eran utilizados con el objetivo de defenderse contra los pogromos y las Centurias Negras. También ayudaban a proteger las reuniones frente a las redadas policiales, donde la presencia de destacamentos de trabajadores armados con frecuencia eran un factor importante para evitar la violencia.

Entre otras tareas estaban conseguir armas, el asesinato de espías y agentes policiales y también atracaos a bancos para obtener fondos. La iniciativa de crear estos grupos guerrilleros con frecuencia partía de los propios trabajadores. Los bolcheviques lucharon para conseguir la dirección de estos grupos, para darles una forma disciplinada y organizada, para dotarlos de un plan de acción claro. Por supuesto que implicaba serios riesgos. En estos grupos se podían mezclar todo tipo de aventureros, elementos desclasados y dudosos, que, una vez aislados del movimiento de las masas, tendían a degenerar en líneas criminales hasta el punto de no distinguirse de simples grupos de bandidos.

Además, también había una gran infiltración de provocadores. Como norma, es más fácil para los agentes del Estado infiltrarse en organizaciones militaristas y terroristas que en auténticos partidos revolucionarios, especialmente donde están formados por cuadros educados unidos por fuertes lazos ideológicos, aunque incluso estos últimos no son inmunes a la infiltración. Lenin era consciente de los peligros de degeneración que implicaba la existencia de grupos armados. Contra estas tendencias era necesario un control firme y disciplinado, y la existencia de cuadros revolucionarios con experiencia. Pero el único control real era el movimiento revolucionario de masas.

Mientras las unidades guerrilleras actuaban como auxiliares del movimiento de masas (es decir, en el curso de un auge revolucionario), ellas jugaban un papel útil y progresista. Pero, allí donde los grupos guerrilleros se separaban del movimiento revolucionario de masas, inevitablemente tendían a degenerar. Por esa razón, Lenin consideraba absolutamente inadmisible prolongar su existencia, una vez se había establecido claramente que el movimiento revolucionario había entrado en un declive irreversible. Una vez llegada a esta etapa, inmediatamente defendió la disolución de todos los grupos guerrilleros.

La guerra de guerrillas

El Che escribió varios artículos y libros sobre la teoría y práctica de la guerrilla. La experiencia del derrocamiento del gobierno Arbenz le causó una profunda impresión. Llegó a la conclusión de que la clase dominante debe ser derrocada mediante la insurrección armada, una idea que era bastante correcta. La historia demuestra que ninguna clase dominante ha entregado jamás su poder y privilegios sin luchar. Ningún demonio se deja cortar las garras. Los marxistas no somos pacifistas. Las masas deben estar preparadas para luchar y utilizar cualquier fuerza necesaria para desarmar a la clase dominante. En palabras de Marx, la fuerza es la partera de la historia.

Su conocido libro La guerra de guerrillas, toma el modelo de revolución cubano como un modelo aplicable a los demás países. En este modelo, un pequeño grupo (foco) de guerrillas lleva adelante la insurrección armada sin la necesidad de organizaciones amplias para organizar a las masas. Esta idea era un error serio, como trágicamente demostraron los acontecimientos posteriores. La Revolución Cubana tomó a los imperialistas por sorpresa. No esperaban que las guerrillas triunfaran con tanta facilidad. Incluso cuando lo hicieron, la clase dominante estadounidense estaba dividida sobre cómo reaccionar. Un sector pedía una política agresiva, pero otro era favorable a una actitud cautelosa.

Los imperialistas cometieron un error, pero también estudian y aprenden de la experiencia. Después de la experiencia de la Revolución Cubana, a los imperialistas ya no se les pilló más por sorpresa. Estudiaron la teoría de la guerra de guerrillas, incluido los escritos de Che Guevara. Ellos estaban preparados y a la espera. Tanto pronto como se formaba un foco guerrillero, intervenían para aplastarlo. No dieron tiempo a las guerrillas para que pudieran establecer una base en la población rural. Eso es lo que ocurrió en Bolivia, eso selló el destino del Che y de sus compañeros, como de muchos otros más tarde.

Una de las grandes tragedias de la historia revolucionaria es que durante toda una generación de jóvenes valientes en América Latina y en otras partes, perdieron su vida como resultado de un inútil intento de copiar una táctica que triunfó en Cuba debido a una concatenación peculiar de circunstancias, pero que no se podían trasplantar de manera artificial a otros países con condiciones distintas.

La guerra de guerrillas tiene algún sentido en una sociedad atrasada, predominantemente agrícola, como China antes de 1949. Pero no tiene sentido alguno en países como Chile o Argentina, donde el campesinado es una minoría y la mayoría decisiva vive en las ciudades. Incluso en la Rusia zarista, como hemos visto, Lenin insistía en que el papel dirigente de la revolución lo debía jugar el proletariado y que la guerra de guerrillas debían ser vista como un auxiliar del movimiento revolucionario de masas y, sobre todo, de la clase obrera.

En Argentina, Uruguay, México, Venezuela y otros países, el intento de imitar de modo mecánico los métodos de las guerrillas en Cuba, llevó a derrotas sangrientas. Particularmente negativa fue la idea del denominado "guerrillerismo urbano”, que sólo es la vieja idea del terrorismo individual con una nueva máscara. Aquellos que defendieron esta táctica desastrosa pensaban que habían inventado algo totalmente nuevo. En realidad, sólo repetían los errores de los viejos terroristas rusos de Narodnaya Volya, contra los que Lenin llevó a cabo una lucha implacable.

En cada caso, estas tácticas terminaron en una derrota sangrienta y en una reacción salvaje. El movimiento perdió miles de cuadros jóvenes que podían haber jugado un papel importante en el desarrollo de un movimiento revolucionario de masas en las fábricas, los barrios obreros y los pueblos. Fue un error muy serio que se debe rectificar si se desea el triunfo de la revolución socialista. Es el aspecto negativo del legado del Che, que es tomado por los ultraizquierdistas incapaces de comprender el verdadero legado positivo de este gran revolucionario, y sólo repiten sus errores. Esta es la peor injusticia que se puede imaginar a la memoria del Che.

El mensaje real del Che Guevara que debemos guardar y aprender es su internacionalismo: la idea correcta de que la revolución socialista no es un acto nacional aislado, sino parte de una cadena que sólo se puede completar con la victoria del socialismo a escala mundial. El movimiento revolucionario actual en América Latina demostró que él tenía razón.

El internacionalismo del Che Guevara

La revolución cubana desde el principio se inspiró en el internacionalismo revolucionario que estaba personalizado en el Che Guevara, que fue un dirigente excepcional de la revolución cubana. Pero en realidad, era un verdadero internacionalista y un ciudadano del mundo. Como Bolívar, tenía la perspectiva de una revolución latinoamericana.

Después de su trágica muerte, hubo muchos intentos de convertir al Che Guevara en un icono inocuo, un rostro sobre una remera. La burguesía lo presenta como un romántico bienintencionado, un idealista utópico. ¡Esto es algo indigno para la memoria de un gran revolucionario! El Che Guevara no era un soñador desesperado sino un revolucionario realista. No fue casualidad que el Che intentara extender la revolución a otros países, no sólo en América Latina sino también en África. Comprendía muy bien que, en última instancia, el futuro de la revolución cubana estaría determinado por este hecho.

Desde el principio, el destino de la revolución cubana estaba vinculado a los acontecimientos a escala mundial. ¿Cómo podía ser de otra manera cuando la revolución estaba amenazada desde su nacimiento por el Estado imperialista más poderoso sobre el planeta? La revolución cubana, como la revolución rusa, tuvo un impacto internacional tremendo, sobre todo en América Latina y el Caribe. Y esta sigue siendo la situación hoy en día. El Che intentó encender la chispa que pusiera en llamas todo el continente. Quizá cometió un error sobre cómo iniciarla, pero nadie cuestiona sus intenciones y su idea fundamental era correcta: que la única manera de salvar a la revolución cubana era con su extensión a América Latina.

El Che ayudó a organizar expediciones revolucionarias en el extranjero, pero todas fracasaron. El primer intento lo hizo en Panamá, otro en República Dominicana, ya en 1959. Desgraciadamente, de la experiencia cubana sacó algunas conclusiones equivocadas. El intento de exportar el modelo de guerra de guerrillas y los focos, llevó a una derrota terrible tras otra. Aunque se explica por varias razones. En primer lugar, como hemos visto, la insurgencia cubana tomó por sorpresa al imperialismo norteamericano, pero éste aprendió pronto las lecciones y cada vez que aparecía un "foco" conseguía aplastarlo rápidamente antes de que pudiera extenderse.

Un dato más importante fue que la mayoría de la población de América Latina ahora vive en las ciudades. La guerra de guerrillas es un método típico de lucha del campesinado. Por lo tanto, aunque la guerra de guerrillas puede jugar un papel importante como auxiliar, no pude representar el papel principal. Este papel está reservado para la clase obrera en las ciudades y, por tanto, las tácticas deben estar de acuerdo con esta circunstancia.

Se puede ver en la experiencia de Venezuela, donde el intento de organizar un movimiento guerrillero fue un absoluto fracaso. La revolución venezolana se desarrolla como una revolución, en esencia, urbana; basada en las masas en las ciudades y apoyada por el campesinado. El movimiento bolivariano de Hugo Chávez ha utilizado la lucha parlamentaria de manera muy efectiva para movilizar a las masas, se ha podido ver cómo el movimiento de las masas ha derrotado la contrarrevolución en tres ocasiones.

El destino de la revolución cubana está orgánicamente unido al de la revolución venezolana. Se determinarán entre sí. Si la revolución venezolana es derrotada, la revolución cubana estará en un grave peligro. Se deben hacer todos los esfuerzos para evitar esa situación. Pero debemos aprender de la historia, la revolución venezolana ha conseguido milagros, pero todavía no ha terminado.

Como la revolución cubana, la revolución venezolana comenzó como una revolución democrático-nacional. En las primeras etapas, el programa defendido por Hugo Chávez era el programa de una democracia burguesa avanzada. Pero la experiencia ha demostrado que la oligarquía y el imperialismo son enemigos mortales de la democracia. Nada los detendrá para destruir la revolución. Por lo tanto, cualquier intento de limitar la revolución bolivariana a las tareas democrático-burguesas, es decir, detener la revolución, preparará el camino para la derrota inevitable de la revolución.

¿Por qué el imperialismo estadounidense está tan decidido a destruir las revoluciones cubana y venezolana? Debido al efecto que tienen a escala continental. Los imperialistas están aterrorizados ante la posibilidad de que Cuba y Venezuela actúen como focos. Por esa razón están decididos a liquidarlas.

La idea del Che era abrir veinte Vientams en América Latina. No era una mala idea, pero en aquel momento no era posible, en parte, porque las condiciones no habían madurado lo suficiente; pero, principalmente, debido al modelo equivocado de guerra de guerrillas que siguió. Pero ahora las cosas son diferentes. La crisis del capitalismo ha tenido efectos devastadores en América Latina y ha tenido consecuencias revolucionarias. Las condiciones para la revolución maduran en todas partes. En realidad, en el momento actual, no hay un solo régimen capitalista estable desde Tierra del Fuego a Río Grande. Con una dirección correcta, no hay razón para que en uno o varios países de América Latina no haya revoluciones proletarias triunfantes en el próximo período. Lo que hace falta no es el nacionalismo ni los bloques con la burguesía reaccionaria, sino un programa socialista revolucionario y el internacionalismo proletario revolucionario.